1. El Ladrón ll


    Fecha: 26/09/2022, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: lilcsiss, Fuente: drugsounds.ru

    ... 
    
    Estaba en shock, Alan no sólo tenía las fotos de la noche en el sofá, sino que ahora también tenía un video de mi gimiendo y hablando como una perra. Estaba ta avergonzado pero a su vez, me tenía también muy excitado. 
    
    “Mira, ayer dejaste de ser lo que eras para convertirte en una perra, y todo gracias a mí. Yo te quité tu inocencia, me perteneces y lo mínimo que puedes hacer es asumir la responsabilidad de tus actos.  Te conviene hacerme caso y respetarme. Tú me tentaste y yo caí. Ahora me corresponde educarte para ser una hembra de provecho, pero también debes de poner de tu parte, ¿Entiendes?.”
    
    Todo lo que me decía me asustaba y no lo comprendía,  pero lo peor es que le creía ciegamente, yo era inexperto y además después de haber vivido en un mundo de fantasías para mi  todo lo que decía Alan parecía ser lo correcto.
    
    “Sí, entiendo”, le contesté
    
    “Bien, ¿entonces me estabas diciendo que tu nombre es?” me preguntó. 
    
    Ya sabía la respuesta que debía dar así que dije. 
    
    “Diana”
    
“Muy bien Diana, por qué no te acercas, ¿te gusta lo que ves?” me preguntó señalando su verga.  Yo asentí con la cabeza y me dijo.
    
    “Ven métela tu boca y cierra bien”. 
    
    Por un momento pensé que me pediría que se la chupara, pero apenas cerré la boca sentí un chorro de líquido salir directo a mi garganta. Era su orina de la mañana. Yo tragué sabiendo que si no lo hacía se ensuciaría toda la cama y sería peor.
    
    “Ahhhh bien, dime, ¿te ha gustado?” me preguntó. 
    
    “Sí me ...
    ... gustó” contesté, aunque la verdad no estaba del todo convencido. 
    
    “Que bueno perrita, pero ahora quiero que la limpies con tu lengua y cuando termines, quiero que te acuestes boca arriba con tus piernas abiertas y en dirección a mi”. 
    
    Hice lo que me dijo, con mi lengua limpié los restos de orina de su verga y procedí a ponerme en posición que me pidió. 
    
    “Así me gusta, ahora mientras como mi desayuno, quiero que te toques, quiero ver tus dedos en tu culo y tienes permitido jugar con cualquier parte de tu cuerpo a excepción de con tu pija inservible. Quiero escucharte gemir ¿entendido?”
    
    Estaba muy excitado y nervioso para contestar, pero levemente le dije que sí. 
    
    Vi cómo él comenzaba a comer y me dio por entendido que yo también debía comenzar. Me sentí bastante torpe e intimidado de tocarme enfrente de él, pero no tenía ninguna otra opción. Me chupé uno de los dedos de mi mano y empecé a introducirlo en mi ano, jugaba con él, lo metía un poco, luego hacia movimientos circulares a la entrada de mi orificio y así sucesivamente. Con la otra mano, jugaba con mis pezones que estaban rojos y seguían sensibles de la noche anterior.
    
    No pasaron ni dos minutos cuando ya estaba gimiendo. Tenía los ojos cerrados y estaba intentando meterme dos dedos. Mi ano ya no estaba tan cerrado como antes, pero aún así sentía como se ejercía presión cuando entraban, yo los movía dentro de mi, buscaba puntos sensibles y mi cuerpo reaccionaba con espasmos mientras me tocaba. 
    
    Abrí los ...
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