... ojos y vi que Alan estaba parado frente a mí, tenía la pija parada, se la sobaba y con otra mano me grababa con su celular. A ese punto ya no me importaba tanto. Ya tenía fotos y videos de mí, por lo que uno más no significaba más. Empecé a meter los dedos con más velocidad, aumenté mis gemidos mientras que en mi mente imaginaba que Alan venía y me ensartara su verga.
Pero él continuó masturbándose mientras me veía, hasta que escuché gruñir y lanzar el chorro de su semen al piso. Dejó de grabar y me dijo.
“Suficiente. Ven a limpiar mi verga y después el piso con tu lengua”.
Hice lo que me indicó, lamí los residuos de semen de su verga y después procedí a limpiar el piso. Aunque me sentía humillado, en mi interior no quería negarme ni desperdiciar la oportunidad de probar su semen una vez más.
“Así me gusta. Ahora me meteré a bañar, tú me esperas aquí.”
Le dije que sí y decidí acostarme en la cama a esperarle. El agotamiento de la noche anterior todavía pesaba sobre mi cuerpo, así que mientras esperaba, me quedé profundamente dormido.
Me despertó la voz de Alan que hablaba por el teléfono. No alcanzaba a escuchar lo que decía, pero cuando se dio cuenta que lo estaba mirando, colgó el teléfono.
“Voy a salir, pero regresaré más tarde. Dame tu número de teléfono.”
Intercambiamos números de teléfonos y me dijo.
“Bien, no quiero que te toques mientras no esté”
“No lo haré, lo prometo”. Le contesté.
Alan solo asintió con la cabeza y salió ...
... de la casa.
Me quedé ahí solo, sin saber qué hacer, ni cómo reaccionar. Estaba seguro de que volvería, pero la incertidumbre de lo que pasaría después me carcomía. Después de un rato me llegó su mensaje. Era una serie de videos de la noche pasada, así como el más reciente de la mañana.
“Te ves bien puta” decía el mensaje
Me excité demasiado de verlos, la necesidad de tocarme era enorme, pero hice un esfuerzo por contenerme. No respondí nada, más tarde me llegó otro mensaje.
“Te veo en la noche. Si te aburres te puedes ver a ti misma”
Ignoré su mensaje, traté de alejar mi mente de los videos, me vestí y me puse a hacer otras actividades.
Llegó la noche, y nervioso me fui a la sala a esperar a que Alan llegara.
Pensé que tocaría la puerta pero me llevé una sorpresa al ver que entraba a la casa con un juego de llaves. No sabía en qué momento las había tomado, pero ahora también tenía eso y no habría manera de quitárselas. Traía ropa diferente al día anterior. Era un short y una sudadera negra. Traía una mochila colgada de los hombros y unas bolsas en la mano derecha.
“Hola putita, ¿me extrañaste?” Me preguntó
“Sí, te extrañé”, le contesté. Sabía que ninguna otra respuesta era opción.
Dejó las cosas que traía sobre el piso y se me acercó.
“Abre grandote” me dijo mientras se abría la bragueta y sacaba su pija hermosa y perfecta. Hice lo que me dijo y ya estaba excitado por la anticipación de su polla, cuando nuevamente sentí un chorro orina ...