... frotar de arriba abajo mi herramienta con su culote.
—eh pendejo, suéltame!—dijo pero yo lo ignoré.
Yo trate de acomodarme de tal modo que la cabeza de mi verga quedara apuntando a su entrada prohibida, y di varias estocadas con la intención de penetrarlo de golpe. Pero el tamaño de sus nalgas, y por lo apretado que estaba él, no logré meterle ni un centímetro.
—me toca correrme a mi, cabron! —le dije al oído y noté que su rostro se coloreaba de rojo por molestia.
—ni vergas, wey! Ni que fuera joto!
Cuando dijo eso bajé rápidamente ambas manos y le separé las nalgas y volvía a lanzar mi verga con la esperanza de dar en el ojete virgen. Para mi suerte di en el blanco, porque noté en la punta de la verga como un agujero casi imperceptible palpitaba. No perdí ni un segundo más e hice presión. Poco a poco debido a lo apretado que estaba Joel, empecé a introducir mi lanza en sus entrañas de adolescente heterosexual.
Joel empezó a gritar de dolor.
—No! Párale wey… AHHH!... Me estás violando el culo! Me vas a romper el ojete! AHHHH…!!!
De un último tirón dejé ir mis 16cm que quedaron bien apretados en su funda de carne. Con una mano lo agarré del pecho, y mis dedos sintieron claramente su pezón erecto. Con mi otra mano busqué su verga, y se la agarre con todo y huevos. Luego empecé el mete-saca, cada vez más y más rápido. Joel estaba que rabiaba de dolor. Le daba tan fuerte que incluso dejé sus nalgas enrojecidas por las embestidas. No pude aguantar más, y de un golpe ...
... durísimo le dejé ir mi verga lo más al fondo que pude y ahí dejé ir 12 chorros de leche.
Cuando saqué mi verga tras de ella salieron un par de hebras de lefa espesa, un hilito de sangre, y no faltó un poco de mierda. Pero eso en lugar de darme asco me prendió más. Había desvirgado un culito de hetero de 15 años.
Me agaché para ver el resultado de mi cogida. Abrí las nalgas del ya no más virgen Joel y noté su culito sodomizado, abierto y boqueando como pez. De su interior se esforzaba por sacar el relleno de semen, pero no era mucho lo que le salía por lo profundo que me había corrido.
Noté que Joel se enderezaba, estiró todo su cuerpo hacía arriba, y con una mueca de dolor trato de verse las nalgas. Como era imposible le ayudé y con mi celular tomé una foto a su fundillo destrozado, luego se la mostré. Su cara se puso roja, al igual que parte de su pecho, y noté como sin separar la mirada del celular empezó a manosearse la verga hasta que llegó a tener una media erección.
—No mames, wey. Me destrozarte el orto —dijo y su mano en la verga pasó a su culo, tocando directamente su agujero.
—mándame la foto por whats —me dijo casi susurrando.
A partir de ese día la relación entre ambos cambió. Nos hicimos muy buenos amigos y compartimos bastantes cosas en común. Joel se consiguió novia a las pocas semanas de nuestro primer encuentro, pero eso no evitó que tuviéramos más aventuras casuales en las que a veces el también me llegó a meter la verga a mí, incluso antes de uno de ...