El hermano virgen hetero de mi novia - Relatos Eróticos

El hermano virgen hetero de mi novia

Les quiero contar una anécdota de algo que me sucedió no hace mucho tiempo. Me llamo Rodrigo, mi apellido no lo diré por obvias razones, pero si les puedo decir que soy mexicano y actualmente trabajo en un taller mecánico y eléctrico. Soy un hombre de 26 años de edad y está historia sucede cuando tenía 17 o 18. En esos tiempos era un muchacho guapo y bien parecido, al menos eso es lo que me decían las chicas con las que salía, y honestamente nunca fui un hombre feo, pero tampoco un Adonis. Tengo mi encanto. Me gusta mucho que mi pelo sea de un tono rubio oscuro, y mis ojos cafés oscuros. A esa edad tenía un físico atractivo, porque me gustaba ir a hacer ejercicio a aun parque que no quedaba muy lejos de mi casa. La piel clara, y una cantidad muy masculina de vello corporal de color castaño oscuro cubría varías zonas de mi cuerpo: el pecho, el abdomen, las piernas, las axilas, la cola y las piernas. Siempre fui muy peludo, pero es algo que me gusta porque creo que es muy masculino. 
En esos tiempos tenía una novia que había conseguido en la escuela, un día me invitó a su casa porque estaba con ganas y yo claro que le dije que si a su invitación. No me iba a perder una noche de metida de verga en su dulce coñito. Inclusive decidí no hacerme una paja a pesar de que el día anterior estaba con muchas ganas de deslecharme, preferí guardarla toda para ella.
Me alisté para la visita, ya que iba a llegar a su casa desde temprano, tomé el autobús y mientras iba en el camino recibí ...

... un whatssap de su parte que decía que no iba a estar en su casa durante la maña  porque iba a hacer unas cosas fuera con su familia, pero que de todos modos estaría su hermano Joel y el podría abrirme la puerta. Una vez dentro de la casa ya nada mas tendría que esperarla.
Llegué a la casa medio desesperado y toqué a la puerta principal pero no recibí respuesta. Volví a tocar más fuerte y grité.
—Hola! soy yo Rodrigo. 
En eso vi que la puerta se abrió y del otro lado apareció Joel, el hermano menor de mi novia, que en esos años tendría unos 15. Para mi sorpresa el chaval estaba vestido solo con el pantalón de su pijama, un pantalón hecho de una tela finita gris que dejaba muy en claro en dónde se encontraba la curvatura de su pene. Además de eso no llevaba nada encima, por lo que su torso adolescente quedaba al descubierto. Me sorprendí al notar que el muchacho tenía un cuerpo envidiable para su edad. Era de piel clara, con algunos lunares decorando. Sus pezones eran rozados y se veían grandecitos debido a que sus pectorales estaban igualmente algo grandes. Tenía ligeramente marcado el abdomen, y un fino caminito de vellos negros bajaba desde su ombligo hasta perderse en sus pantalones. Su cabello era negro, y tenía unas masculinas cejas pobladas que decoraban unos ojos que denotaban una soberbia típica de un adolescente, las cejas casi se unían en el centro del rostro. Sus labios rosados eran perfectos, y besables. 
Yo nunca antes había puesto tanta atención al cuerpo de ...