El hermano virgen hetero de mi novia - Relatos Eróticos

El hermano virgen hetero de mi novia

... otro hombre, pero posiblemente era debido a mi calentura que mi atención no pudo evitar fijarse en los atributos de ese joven postre.
—Hola Joel. Puedo pasar? Tú hermana dijo que venía más tarde. 
El muchacho hizo cara de pocos amigos y me contestó con esa voz fingida que hacen los adolescentes para sonar más varoniles y grandes. 
—Si, pasa. 
Entré y Joel cerro la puerta, luego el chico se adelantó a su cuarto y se perdió un tiempo. En eso recibí un mensaje de mi novia que decía que si podía hacerle un favor a ella y a su mamá. 
Me dijo que si podía ayudar a su hermano a hacer de desayunar, porque como Joel tenía entrenamiento de futbol más tarde tenía que ir bien desayunado para que no fuera a darle un bajón de azúcar en pleno juego. 
Yo ya sabía que Joel no sabía cocinar, y la verdad es que creo que tampoco era muy bueno haciendo cualquier tipo de labor doméstica. Así que acepté la tarea, no sin una mueca de disgusto porque yo no tenía planeado el hacer de niñera del odioso adolescente.
Fui a la cocina y empecé la tarea, pero como no quería que el joven se quedara nada más de bonito sin hacer nada le grite. 
—Joel, me llamó tu hermana, dice que vengas a ayudar en la cocina. 
No recibí ningún tipo de respuesta. Pero luego de un rato vi llegar al muchacho con una cara de hastío. Seguía con su pantalón de pijama pero ya se había puesto una playera gris que le quedaba de maravilla, resaltando las puntas de sus pezones erectos. 
—Qué necesitas? Me preguntó y yo le ...

... empecé a asignar varias tareas.
Como la cocina era muy pequeña no faltaron momentos en los que nuestros cuerpos rozaran, principalmente nuestras nalgas al darnos la espalda. Joel no decía nada, cuando se molestó fue cuando me tuve que girar para tomar un plato de una alacena, causando que mi verga quedara justo en medio de su cola parada.
—Cuidadito que no soy joto
Dijo el chico, pero no se quitó del lugar, a pesar de sentir un bulto pegado en sus nalgas. 
Su reacción, y el notar que el muchacho estaba muy bien dotado de culo, me causó una erección inesperada. Pero no cualquier erección, sino una de esas erecciones que duelen por lo grandes que son y por la presión que ejercen en la ropa. 
Yo solo me disculpé y seguí trabajando como si nada hubiera pasado. Pero no pude evitar seguir rozando de vez en cuando mi paquete en el par de infladas nalgas del muchacho.
En cierto momento Joel se estiró para alcanzar algo que quedaba alto, tengo que decir que Joel era más bien bajito, y al estirarse pude ver como su playera se le subía y su pantalón de pijama se le bajaba ligeramente, dejándome ver el comienzo de sus nalgas. 
“Está decidido, hoy comeré culito” Pensé luego de que mi verga empezara a mojar mi ropa interior al notar un precioso lunar en la parte superior de la nalga izquierda de Joel, muy cerca de la raya que dividía las torneadas nalgas. 
Ambos seguimos con nuestro trabajo, así que decidí acercarme y dar el primer paso antes de que la oportunidad se me escapara de las ...