1. La masajista (Capítulo 3): Majo


    Fecha: 15/04/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Flyer, Fuente: CuentoRelatos

    Ring – Sonó el timbre de la puerta.
    
    - Del cielo a la tierra sin solución de continuidad – dije y reímos ambos, pero por un segundo.
    
    - ¿Quién es? – pregunta Juli.
    
    - Majo, Juli. Me adelanté un poco. – Nos miramos. Estábamos absolutamente cubiertos de ese aceite espeso y denso. Un enchastre, en rigor.
    
    - Bueno, que carajo. Al fin y al cabo esto se trata de pornografía. – dice Juli, se levanta, prende la luz, y la hace pasar a Majo.
    
    - ¡Ahhh bueno! ¿Interrumpo algo? No, no interrumpo nada. Te chorreo semen a la pierna Juli – rio – ¡pero esto fue una bacanal!
    
    Ya me había puesto de pie, casi resbalando con el aceite (si, hasta las plantas de mis pies estaban con aceite).
    
    - Majo, Edu – dice Juli presentándonos.
    
    - Hola Majo – y la beso en la mejilla.
    
    - Ehhh, bueno – comienza Majo.
    
    - Y nada – dice Juli, apartando el tatami a un rincón – ponéte cómoda – agrega señalando la banqueta.
    
    Yo me acomodé la única silla que había comprado para ahí, la cual había elegido por ser de metal y cuerina fácilmente lavable previendo su función, por lo que no me preocupó usarla como estaba. Juli me dijo β€œ¿y yo?” solo con la mirada, y se sentó en mi falda, rodeándome con el brazo, aunque tuve que sostenerla un poco de la cintura, porque se me resbalaba. Hablamos con Majo un rato. Nos metimos tanto en la conversación al punto de olvidarnos de que estábamos desnudos. Majo era desinhibida y guarra; y pronto pude entender que la forma natural en que se tomó esa entrada que para ...
    ... otro hubiera resultado incómoda era compatible con su personalidad. Se entusiasmó con lo que tenía que hacer. Evidentemente la excitaba. El único punto áspero fue el tema de que iba a ser una performance sin preservativo. Por lo que quedamos que le pedíamos una rutina de laboratorio de ETS reciente a cada chico. Excusas para no levantar sospechas había un montón. Y ella traía la suya claro. Quedaría atenta para un posible β€œdebut” el martes o miércoles.
    
    - ¡Listo entonces! – dijo Majo.
    
    - ¡Pará!, ¿Cómo listo? – la frena Juli.
    
    - ¿Qué falta?
    
    - Falta que Edu te vea.
    
    - Que me ve… Ahhh. Tenés razón – señalándola con el dedo. - ¡Música de striptease! – ordena.
    
    Majo era una bomba pelirroja de 30. Ojos celestes, altura mediana y tetas turgentes del tamaño de pomelos. Mujer de curvas, pero no gorda. Todo firme y en su lugar. Y por supuesto, las pecas que siempre acompañan y tan bonitas les quedan a las coloradas, y denuncian que el color de pelo es natural, más allá de que Majo - lo vería en breve – conservaba una pequeña tirita de vello púbico sin afeitar. Una suerte de declaración. β€œES mi color de pelo, ¿entendés?”. Al ritmo sensual de la música que puso Juli, comenzó a quitarse lentamente el vestidito corto y suelto que traía, revelando su ropa interior de encaje negro. Ninguna improvisada. Sabía lo moverse y bailar. Y desvestirse. Ya desnuda, solo con sus zapatos negros de tacos altos, su danza siguió sobre la baqueta, y empezó a acariciarse y a tocarse, y continuó ...
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