Pregunta Comprometida 6 - Relatos Eróticos

Pregunta Comprometida 6

... no me quejaba! En serio, no tenía la menor idea de todo esto…, pero…, cuando se me fue el susto… estaba dispuesto a disfrutarlo. En un momento me di cuenta que tenía más ganas de estar con Denisse que con Mica. Sentí un poco de vergüenza de mí mismo. Pero…, claro…, con semejantes tetas… quién se iba a resistir!
-O sea…, vos no solo disfrutaste de tu primera cogida…, sino también de tu primera “mujer-mujer”. ¡Casi nada!
-Sííí…, es raro… y milagroso! ¡Estoy bendecido por el destino!
-¡Jajaja! Sin duda… ¡Mica fue toda una bendición para vos!
-No lo digo por eso… ¡vos sos la bendición!
-¡Mi amor! ¡La dulzura total! – Laura me llenó el rostro de besos. ¡Esto es vida!
-¡En fin! ¡No tuve más remedio! ¡Jajaja!

	“Me incliné hacia sus tetas. Al estar acostada, las tetas estaban “desparramadas”. Besé uno de los pezones. «Esperá un momentito.» Con las dos manos se agarró la teta y me puso el pezón en la boca. «Con los labios apretá el pezón. Pasale la lengua. Así. Muy bien. Ahora besá. Muy lindo, lo hacés muy bien. Me gusta mucho.» Imaginate. Yo estaba en la gloria… y totalmente al palo. A la otra teta la agarré yo y la metí en mi boca. «¡Eso! ¡Muy bien! ¡Jajaja! ¡Vos sí qué aprendés rápido! Ahora hace todo lo que quieras con las tetas. Me gusta mucho.» «¡Son riquísimas!» Denisse llevó sus manos a mi pija. Me acariciaba y pajeaba deliciosamente. Me dediqué a lamer, chupar y besar los globos. Un ratito en cada una. «¡Ay Denisse! ¡Voy a acabar de nuevo!» «¡Levantate pronto! Ponela ...

... sobre mi ombligo y acabame allí!» Lamenté dejar las tetas, pero no quería contradecirla. Rápidamente me puse de rodillas a su costado y “apunté” al ombligo. ¡También era precioso! Yo hubiera querido acabarle sobre la concha…, y de paso mirarla con más detenimiento…, pero tenía que poner atención al ombligo, para no errarle. Cuando tuve un estremecimiento, Denisse me la agarró y me “arrastró” casi encima de ella. Yo, casi instintivamente, puse mi mano sobre la concha y me sacudí con una tremenda descarga. ¡Aaaahhhh! ¡Qué bueno fue eso! «¿Te gustó, tesoro?» «¡Muchísimo! ¡Tenés un ombliguito hermoso! ¿Y ahora? ¿Te limpio?» «No hace falta, mi amor… Limpio yo.» Recurrió a sus manos. Recogió todo el semen que pudo… y se llevó las manos a la boca! Me miraba a los ojos y sonriendo chupaba sus dedos. Yo había dejado mi mano sobre la concha… y le metí un par de dedos… ¡un despelote total! Yo estaba enloquecido.

-¡Los dos estaban relocos…! Creo que Denisse más que vos todavía. ¡Una calentura loca de parte de la mamita! – Creo que Laura estaba en lo cierto.
-Sííí…, era algo totalmente fuera de lo que yo hubiera imaginado jamás!

	“Denisse seguía acostada boca arriba. «Enseñale esto a Mica. Le va a gustar mucho. Pero no le digas que te enseñé yo. Nunca. Nada de esto. ¡Jamás!» «¡Por supuesto! ¡Nunca jamás!» «Hagamos una cubana.» «¿Qué es eso?» «Te va a encantar. Ponete a caballito mío, acá, justo debajo de las tetas.» Me coloqué como me dijo. Ella no dejaba de mirarme a los ojos con ...