1. Memorias inolvidables (Segunda parte): Miguel


    Fecha: 08/07/2023, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... ropa antes de ponérsela y él les daba su parecer, siempre con tanta moderación que, si alguna cosa no le gustaba, solía decir: «no es que me guste mucho, pero está bonito, si te gusta a ti es lo más importante». Si las veía felices y sorprendidas por sus palabras, él les decía: «ve, póntelo y te lo miro puesto». Es entonces cuando decía: «a simple vista no me gustaba, pero puesto es otra cosa, te queda bien, está perfecto, es bonito». Ellas se ponían felices. Esto era en casi todo, vestidos, zapatos, bañadores, braguitas.
    
    El nunca les pedía parecer a ella, se compraba sus cosas a pelo, es decir, iba a su estilo de tiendas para comprarse su estilo de prendas. Pero sus hermanas eran mujeres prendadas de su hermano y a veces querían ver cómo era su ropa interior, sobre todo cuando sabían que se había comprado algo al cambiar la estación. Si esto ocurría. Miguel, sin inmutarse, abría sus jeans, los bajaba a las rodillas y ellas observaban todo, porque unas veces eran bóxer largos de compresión, otras slips, suspensorios o tangas. Miguel para sus hermanas se daba la vuelta, pero no se dejaba tocar. Además, ellas ya habían ido con él a la playa y sabían que se bañaba en tanga hilo que le cubría un magnífico pene que se remarcaba en el minúsculo triángulo de tela de nylon. A ellas les gustó siempre el comportamiento sencillo, simple y liberal de Miguel. Lloraron desesperadamente cuando se fue, porque perdían, además de un hermano, un amigo y un confidente que las entendía a la ...
    ... perfección.
    
    Mientras el muchacho solo se mostraba como un liberal nunca hubo problemas de ninguna clase. Cuando dijo que era homosexual y salió del clóset para la familia, entró una preocupación en sus padres, sus hermanas ya lo imaginaban y sus hermanos se cachondeaban de él, era el objeto de su burla, pero Miguel lo soportaba. Soportaba a sus hermanos, hicieran lo que hicieran, porque eran sus hermanos. Con sus hermanas nunca fue motivo de conversación su homosexualidad, ellas seguían teniendo a su hermano, su amigo y confidente y les gustaba Miguel como era, siempre tan sincero y a la vez complaciente, porque las trataba bien y nunca las consideró menos que él. Sus padres fueron su pesadilla, más su madre que su padre. Su padre le arreó un sermón de padre y muy señor mío y pensaba que ya todo estaba resuelto. Hay padres que piensan que dan su parecer enfadados y a gritos y que eso es ley, pero cuando un hijo piensa: «mi padre está equivocado», viene la debacle de la autoridad paterna y de la obediencia filial.
    
    El problema más gordo era su madre. Ella sola ya parecía una brigada de investigación criminal. Todos los días, siempre que lo tenía delante, estuvieran o no presentes sus hermanos y hermanos, hacía su correspondiente inquisición con preguntas molestas, de esas que nadie contestaría ni en privado, como por ejemplo: «¿cuántos chicos has mirado esta mañana? Para curarte debieras no mirar a ninguno», «¿cuándo me haces caso y nos vamos al sicólogo que te he buscado a ...
«1234...7»