Cómo me casé con uno de mis profesores (Parte 1)
Fecha: 07/07/2023,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: AranzaS28, Fuente: CuentoRelatos
... respuesta que hasta llegabas a envidiarlos porque sus preguntas evidentes terminaban dando lugar a medio hora de explicación y diálogo constante. Esta se convirtió en mi clase favorita e hice de todo para que Caleb se fijase en mí, fantaseaba regularmente con cómo sería trabajar con él y sus alumnos, a veces sólo fantaseaba con nosotros dos hablando de basurilla intelectual. Estaba muy jovencita, no me juzguen.
Así fue como llegamos a medio semestre y las cosas se pusieron un poco mejor para mí. Día con día me acercaba más a él y después de exámenes, tras darnos calificación, me pidió que me quedara después de clases. Hablamos cerca de una hora entera y terminó invitándome a unirme a su grupo de investigación.
Fue en las sesiones estas que terminé enamorándome de él. Al principio simplemente eran ideas, después fantasías y después llegué al punto de pensar en él mientras me masturbaba. Me sentía mal después de hacerlo, él tenía treinta y tres años y recién se había convertido en padre de un bebé hermoso. Suponiendo que pudiéramos llegar a tener algo, destruiría su familia. Nunca pensé en escalar las cosas, me resigné a la masturbación e intenté dejar mis fantasías un poco de lado. No funcionó. Su piel morena, su cuerpo fornido y musculoso... su sonrisa y sus ademanes, todo estaba tatuado en mi mente, no me lo podía sacar de la cabeza.
Fue en finales cuando fui a su oficina a hablarle sobre uno de los talleres a los que me quedaba en esas cuatro horas libres y me di ...
... cuenta de algo raro. Las persianas de su ventana estaban cerradas y las de la puerta también. Supuse que se habría ido temprano o algo, me di media vuelta y estaba por salir del pasillo de las oficinas cuando lo vi saliendo del baño, sus ojos rojos y toda la cara congestionada. Había visto a profesores llorando antes, pero nunca sentí el impulso de acercarme o nada, pero ahí estaba, corriendo para ver qué pasaba con Caleb.
Le pregunté qué pasaba. Se limitó a darme una palmada en el hombro y me dijo que avisara que no iba a dar clases ese día. No me volteó a ver y su tono de voz era muy diferente al de siempre. Me asustó un poco, tan frío, casi enojado, nada que ver con el profe risueño que nos permitía bromear en clase y tiraba plumones a diestra y siniestra.
Se metió en su oficina y me dejó sola en el pasillo.
Hice lo que dijo, avisé a todo el grupo y estaba lista para llamar a mi madre para que me buscara, pero entonces me acordé de su cara. Sus ojos rojos, el hartazgo y cansancio. Ya había visto y sabido de veces en las que calmaba a estudiantes en crisis o les daba horas enteras después de clases cuando se acercaban con problemas. Me dirigí una vez más a su oficina y toqué la puerta con mucho miedo.
Estaba temblorosa y preocupada. Si me corría de malas o si se descontentaba conmigo... Pero tardó poco en abrir la puerta.
- ¿Está bien, profe?
Le pregunté y entonces cerró los ojos y me sonrió soltando aire por la nariz.
- Sí, sí, no te preocupes, Aranza, ...