1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (35)


    Fecha: 11/03/2023, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... abrasador fundía mi mano, la tenía humedecida de precum y la corrí el pellejo para pasar la mano por el gordo glande.
    
    -Te la voy a meter toda en tu culito delicioso.
    
    -La siento tan rica…
    
    -¿Te gusta? Mi polla será tuya. -se la masturbé de mala forma mientras volvía a besarme metiéndome la lengua todo lo que podía en la boca y yo se la chupaba engolosinado de su dulce saliva.
    
    -¡Ayy! Marcos, que rica se siente y que grande, me vas a hacer daño pero necesito ya tu verga, métemela. -en mi loco deseo le pedía que la metiera sin estar preparado, sin pensar en el destrozo que me haría en el culo. Y debo agradecer que Marcos, a pesar de estar tan deseoso como yo, resultara más sabio y prudente.
    
    Me empujó para que apoyara el pecho en la mesa y me abrió las piernas, no resultaba fácil ya que tenía el pantalón y el slip por las rodillas, me subió la camisa dejándome la espalda al aire y comenzó a meterme la mano entre las nalgas acariciándome el ano.
    
    A la vez que iba introduciendo los dedos en el culo, primero uno hasta llegar a tres, me acariciaba la espalda y me la besaba, yo gemía con la mejilla y el pecho sobre el tablero de la mesa, a veces sacaba los dedos para pasarme la verga por la raja y hacer mención de querer penetrarme, y volver otra vez a escupirse en la mano y jugar con los dedos dilatándome el ano.
    
    -Creo que estas listo precioso, ahora te voy a hacer mío, voy a tomar posesión de tu ano y darte la verga hasta el fondo.
    
    -¡Sí, por favor! Mete tu rica ...
    ... polla y dame duro. -tiró de mis caderas para separarme de la mesa que solo sentía por el golpeteo de mi erecta verga por debajo del ala de madera, y apoyé mis manos en ella elevando el pecho y la cabeza.
    
    Giré la cabeza para verle como se chupaba dos dedos y volvía a introducírmelos en el ano, gemí largamente al sentirme penetrado.
    
    -La verga Marcos, méteme tu dura verga, la quiero, si por favor. -podía sentir mi culo muy abierto, perfectamente dilatado para acoger con facilidad su polla.
    
    -Me gusta que me la pidas, que desees que te folle con ella.
    
    -La quiero, la necesito ya, dámela Marcos.
    
    -¿Entonces, quieres ser mi hembra?
    
    -Sí, lo quiero, pero métela ya. -mi nuevo amante se reía quedamente pasando los labios por mi espalda, satisfecho de tenerme dominado, entregado y dispuesto a todo en ese momento de pasión.
    
    Pasó un brazo por mi vientre para tenerme bien sujeto, y con la otra mano dirigió el duro pollón hasta colocarlo a la entrada de mi culo. Empujó y solo sentí una fuerte presión cuando la punta de la verga entró avasalladora y dominante en el ano haciéndolo suyo.
    
    Le ayudaba deseando que, de una vez, aquel largo falo se me clavara en el cuerpo y me atravesara, elevé el culo ofreciéndoselo, abriendo las piernas todo lo que la ropa me dejaba, y sentí las dos fuertes y viriles estocadas que siguieron, hasta que sus gordas pelotas quedaran encajadas en el perineo empujándome los huevos.
    
    -¡Ahhh!, rico, rico, si. -movía las caderas circularmente para ...
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