Triángulo prohibido
Fecha: 20/02/2023,
Categorías:
Gays
Autor: Escriba, Fuente: CuentoRelatos
A nadie le hace especial ilusión que el mejor amigo de su novia sea su ex, pues como bien suele decirse: “donde fuego hubo, cenizas quedan”. Sin embargo, a mí nunca me ha importado que mi chica, Marina, se vea con el que fuera su primer amor, en parte porque aquel romance ocurrió hace ya tanto tiempo que mucho me extrañaría que quedara alguna ceniza, pero sobre todo porque el chico en cuestión, Víctor, hace ya un buen puñado de años que salió del armario.
Por alguna razón, Víctor siempre me ha considerado un buen novio para Marina, y aunque nunca hemos hablado abiertamente sobre ello, estoy bastante seguro de que él jugo un papel importante a la hora de que ella me diera una oportunidad. Creo que fue una apuesta acertada, pues las cosas entre Marina y yo van bastante bien, en parte porque confiamos bastante el uno en el otro, pero también, para qué mentir, porque ella es una chica muy apasionada, de tal modo que el sexo resulta increíble. Bajo el influjo de sus besos y sus caricias me dejo llevar totalmente, mostrando una pasión y una falta de tabúes que nunca había tenido con ninguna otra mujer. ¿Y quién va a arriesgarse a perder a una mujer que le hace sentir así?
Sin embargo, hace poco sucedió algo que me dejó bastante descolocado. Todo había empezado unos meses atrás, cuando Marina y yo estábamos hablando de cosas nuevas que podrías probar, y yo propuse que hiciéramos un trío. Lo cierto es que la idea no pareció entusiasmarla demasiado, pero supongo que al verme ...
... tan entusiasmado aceptó, ahora bien, con la condición de que encontrásemos a una persona con la que ambos nos sintiéramos cómodos. Desgraciadamente, eso es más fácil de decir que hacer, porque nuestras amistades no son especialmente liberales y tampoco hay mucha gente abierta e interesante que puedes conocer en una ciudad pequeña como la nuestra. Y en Internet, por desgracia, hay tanta identidad falsa y tanta gente rara que al final te cuesta mucho confiar en nadie. Total, que la idea ya la tenía prácticamente olvidada cuando, sorprendentemente, Mariana me dijo que ya había encontrado a alguien.
¿Una amiga? ¿Una compañera de estudios? ¿Una conocida de Internet? No, en absoluto. La persona en la que mi chica pensaba no era otra que su ex, Víctor. Sí, exactamente, esa misma cara puse yo.
Marina me explicó que no, que a Víctor seguían gustándole los hombres, y que de hecho yo siempre le había parecido bastante atractivo. La idea era jugar un poco entre los tres, Víctor conmigo y yo con ella, pero solo llegaríamos hasta donde a mí me apeteciera. Al ver la pasión que ponía en su propuesta, empecé a darme cuenta de algo que ella misma me confirmó: la excitaba tremendamente la idea de que los dos hombres que más había querido también compartieran algo entre sí.
Acabé aceptando por dos razones. Una, la que me repetía a mí mismo una y otra vez mientras iba a casa de Víctor junto a mi novia, era que si la experiencia le resultaba agradable a Marina, podría convencerla para ...