El abogado justiciero
Fecha: 20/02/2023,
Categorías:
Gays
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... estaba algo embarazoso, le pareció que era un buen augurio para la próxima desfloración del coño virgen de Lucho Fernández. Ahora Andrés Alcalá podría tomarse su tiempo para follarse al chico; ahora podría alargar su asalto inicial y disfrutar de verdad reventando la virginidad del chico y echarla definitivamente a la puta mierda.
Don Andrés Alcalá, habiendo perdido su talante señorial, se levantó, se quitó los zapatos y los calcetines, se bajó los pantalones y sus calzoncillos empapados de semen, se puso a caminar detrás del chico, se alegró de ver el brillo de sudor cubriendo el cuerpo desnudo y brillante del muchacho ahora. Quería que el chico estuviera nervioso, quería que se asustara. Una vez que estuvo detrás del adolescente, Andrés Alcalá se agachó y por detrás de su entrepierna metió su mano por el perineo hasta tocar suavemente el agujero del chico, provocando en él un aullido de sorpresa y susto del ya no tan arrogante deportista.
— Esto va a ser divertid, —pensó—. Esto va a ser muy divertido, —se le escapó decir al oído de joven.
Agarrando al chico por los hombros, caminó hacia él y el propio abogado lo maniobró hasta el escritorio, lo dobló sobre él hasta que el pecho del muchacho quedó plano contra la tapa de madera pulida. Ya se había tirado a varios clientes así muchas veces, pero Andrés Alcalá estaba seguro de que esta sería una de sus folladas más memorables. Entonces, levantándose, sin perder tiempo en preparar el coño del chico para la dolorosa ...
... invasión que estaba a punto de recibir, se abalanzó hacia delante y enterró su polla de 20 cm. en una sola estocada en lo más profundo, del muchacho quedando las bolas aplastadas entre el pubis y los cachetes junto al agujero anal del muchacho. El chico recompensó los esfuerzos de su abogado aullando en agonía.
Cuarenta y cinco minutos más tarde, estaba el abogando follando su segunda ronda en aquel agujero de recién perdida virginidad, lo follaba con tal violencia y brutalidad que el muchacho sudaba y soltaba sudor salpicado al suelo con cada embate que le daba el abogado a su ya totalmente brutalizado cagadero, Andrés Alcalá estaba en el séptimo cielo. Lucho Fernández tenía, sin lugar a dudas, el agujero más estrecho y caliente que el hombre se había tirado en toda supura vida. Este caso iba a ser un placer trabajar en él. Al menos para él, aunque probablemente no para Lucho, que había estado llorando sin parar durante la última media hora. Pero eso fue seguro lo mejor para él.
Después de todo, el letrado Andrés Alcalá Monterrubio era un abogado defensor de primer nivel y, con toda probabilidad, conseguiría que el chico fuera absuelto de los cargos que se le imputaban, aunque fuera culpable de un pecado, algo que el chico había admitido mientras su abogado se estaba follando el coño del muchacho. Era esta una técnica que picapleitos Andrés Alcalá había perfeccionado desde hacía mucho tiempo o o una norma del buen abogado: «si quieres que tu cliente te diga la verdad, ...