1. El abogado justiciero


    Fecha: 20/02/2023, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... la perspectiva de que su coño fuese escarnecido tan a menudo.
    
    — Chico, —explicó el picapleitos Andrés Alcalá suavemente—, probablemente no entiendas cuánto trabajo cuesta defenderte de cargos como los que enfrentas. Aparte de la preparación de los documentos legales que tendré que presentar, tendré que contratar a un investigador privado y, como tampoco podrás pagar su factura, me temo que tendré que doblar esos costes en la deuda general que me debes. Los preparativos necesarios antes de ir a la corte son extensos, pero asumo que no quieres que los escatime y corra el riesgo de perder tu caso, ¿verdad, muchacho?
    
    Lucho Fernández respiró hondo y dijo sumisamente:
    
    — No, no quiero eso; en verdad que no quiero eso.
    
    La importancia de lo que estaba aceptando fue finalmente golpeando al chico y estaba claramente nervioso ahora. Respiró profundamente otra vez, diciendo:
    
    — Planificaré mi vida para estar aquí todas las noches a las 6:00 p.m., a partir de mañana.
    
    Su abogado asintió con la cabeza. Pero antes de que Lucho pudiera levantarse, su abogado volvió a hablar:
    
    — En este momento, sin embargo, muchacho, es costumbre que un cliente potencial proporcione un anticipo por los servicios de un abogado.
    
    — ¿Qué significa eso?, —preguntó Lucho receloso.
    
    — Significa —repitió su nuevo abogado, adoptando sus ojos una cualidad verdaderamente salvaje—, que deberías quitarte esa camisa y bajarte los pantalones cortos. Es hora de que descubra por mí mismo lo bueno que ...
    ... es ese culo del que has estado presumiendo, chico. Es hora de que hagas tu primer pago.
    
    Tragando saliva convulsivamente, el chico se puso de pie lentamente. Con evidente reticencia bajó sus brazos, se agarró la parte inferior de la camisa y se la quitó del pecho. Luego, lentamente, se desabrochó los pantalones y los dejó caer al suelo. Un minuto después los bóxers de Lucho se les unieron allí.
    
    — Bien, muchacho, bien, —murmuró Andrés Alcalá entraba intensamente en calor, mientras contemplaba el cuerpo desnudo de Lucho—. Date la vuelta y déjame ver tu trasero.
    
    Cuando el chico lo hizo, Andrés Alcalá casi no pudo evitar silbar. Se descolocó ante tanta belleza. El chico realmente tenía un trasero espectacular, dos globos perfectamente redondeados, de Fina textura, sin pelos, brillantes, uniformemente coloreados como el resto del cuerpo, una raja divisoria recta que dejaba adivinar el final de su recorrido. Tanto es así que, antes de que pudiera levantarse de su silla, Andrés Alcalá inundaba sus propios calzoncillos con una copiosa carga de sus jugos seminales. El hombre tardó unos buenos cinco minutos en recuperarse de su orgasmo, durante los cuales Lucho se quedó ahí parado, mostrando su trasero a su abogado, esperando más instrucciones, sin estar seguro de lo que estaba pasando.
    
    Andrés Alcalá no podía creer que se hubiera corrido de esa manera. No recordaba la última vez que tuvo un orgasmo espontáneo con sólo mirar el culo de otro tipo, pero el hecho de que, aún ...
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