Acosando al becario nuevo hasta la perdición (I-II)
Fecha: 31/01/2023,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos
... quedado ahí por mí, disfrutando del pequeño espectáculo que le estaba dando, seguramente creyendo que tendría suerte conmigo.
Que equivocado estaba, y que ni crea que le pagaré las horas extras. Si no se había largado era por su propia decisión, nadie le obligaba. Pero eso sí, si quería admirarme un poco más, había que hacerle al tonto un poco más.
Lentamente entremetía mis dedos, ahora por debajo del escote de mi blusa roja, rozando sutilmente mis suaves senos 34B, tanto como el chaleco aprisionándolas me lo permitía, con el riesgo de exhibir más de la cuenta, pues para ese conjunto, el sostén se había quedado en casa, y debajo de aquella blusa casi transparente, solo estaban mis bellas tetas desnudas.
El reloj marcaba la vigésima primera hora del día, y aquel chico seguía ahí, firme en probar su suerte. Entonces me di cuenta que era demasiado, incluso para él, así que me puse de pie, apagué mi ordenador y me encaminé a la salida.
-¿Terminaste ya? -Cuestioné con patanería, insinuando al mismo tiempo que era hora de irse a casa. -Recién termino la redacción para el artículo que nos encargó la revista. -Respondió al borde de un ataque de pánico, mirándome acercarme a la pantalla de su computadora para revisar su trabajo.
Lo leí atentamente sin tomar asiento, recargándome en su escritorio para pararle la cola, sensual y sugestivamente. Para su fortuna y para mi desgracia, lo había hecho muy bien. Aunque me habría gustado reprenderle en su primera entrega, no ...
... había excusa para hacerlo.
-Está muy bien, pero le falta más apoyo visual. -Añadí, con un plan maquiavélico entre manos. -No tengo más imágenes, habría que pedir apoyo con Gabriela, la chica de diseño. -Necesito una modelo que de coherencia a lo que se está explicando. -Insistí.
-No creo que haya tiempo para una sesión de modelaje. -Me respondió, tímido. -¿Sabes manejar una cámara? -Por supuesto, pero… -Perfecto, apaga tu PC y acompáñame. Te espero en el estudio. -Finalicé, marchándome a paso firme y sin mirar atrás.
Una vez en el estudio, encendí las luces, posicioné los reflectores y la cámara; recreando aquel protocolo que tantas veces había observado. Justo en el momento en que Mariano entraba. -La cámara está ahí. -Señalé. -Serán dos tomas, de cuerpo completo y de medio cuerpo para cada una. -Ordené, sin más. Alistándome para la sesión por encima en mi vida, mientras el chico programaba la cámara fotográfica posada sobre su trípode, apuntando al centro del escenario, donde yo aguardaba pacientemente.
Enseguida el capturador comenzó su trabajo y yo con el mío. Después, el joven debutante desempotró la cámara de su base y la acercó para las tomas restantes. Al conteo de diez o quince capturas más, me alejé del escenario y me encaminé al guardarropa que estaba en un castado. Tomé un lindo vestido y salí de las sombras, posándome en medio de los reflectores.
Manolo posicionaba la cámara de nueva cuenta sobre el trípode, al tiempo que yo me desabotonaba el estrecho ...