1. Acosando al becario nuevo hasta la perdición (I-II)


    Fecha: 31/01/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... mirarla, con imaginarla, con dibujarla, es que me causaba tanta intriga…
    
    Fuera de mi horario laboral, solía pasar mucho tiempo con mi notebook buscando en Google sus fotos y videos de sus días de modelo, es que era perfecta, sus pechos, sus caderas, sus piernas, ella siempre había sido muy audaz, siempre jugando al borde entre lo erótico y lo porno, pero jamás había llegado a ser burda, o mostrarse como puta.
    
    Por eso, en mis tiempos laborales, solo podía llenarme los ojos con su perfección, solo podía imaginar, o tratar de ver en su camisa el nacimiento de sus tetas donde irremediablemente se perdía esa inicial de la bendita gargantilla. Imaginar su corpiño, o brassier como llaman por estos lados con bordados y transparencias. Ver su hermoso trasero ir de lado a lado en su andar, tratando de encontrar marcados los elásticos de una diminuto colaless perdida en la nada.
    
    Es que cuando ella me miraba a través de sus sexis lentes de aumento y me impartía órdenes casi a los gritos, yo solo podía verla completamente desnuda, tratando de adivinar si mi jefa se depilaba su rica conchita, cosa que me hubiera gustado saber en ese momento.
    
    Me hubiera gustado tanto saber cómo era su sexualidad; si se tocaba, cómo eran sus pezones, cómo era en la cama, si su esposo la complacía y hasta adivinar si tenía algún amante, o si era infiel, quería saber cómo era su auténtico aroma a mujer, por fuera de ese perfume que solía usar.
    
    Como esa mañana; ella estaba distendida, distinta, ...
    ... rara, por primera vez no la veía mover los dedos sobre las teclas de su notebook, un tanto retraída sobre su silla, sin notar que yo la observaba apenas por sobre la pantalla de mi equipo. Y esa mañana, me había asegurado de colocar mi pantalla bien contra la pared, para que nadie viera, y no pude resistir de ver las mismas fotos que veía en casa, era una locura, pero sentía en ese momento que mi verga dura podía partir el escritorio en dos.
    
    Cuando ella se levantó y caminó cansinamente desde su oficina a la mía deseé que la tierra me tragase. Sentir sus tacos en el piso y su perfume llenando mi espacio fue aterrador, sentí que la respiración se me cortaba, mi corazón palpitaba con tanta fuerza que parecía saltar de mi cuerpo, mis torpes dedos intentaban sin éxito cerrar la sesión de mi perfil.
    
    Y ella llegó, dio algunos rodeos, algo me dijo, pero estaba tan nervioso que ni atención le presté, sentí mi frente transpirada y como un par de gotas frías rodaban por mi piel. Ella se apoyó contra el escritorio, tan cerca de mí que podía sentir su fresco aliento, tragué saliva y me contuve para no intentar morderle los muslos.
    
    Elizabeth me regaló una sonrisa y solo se fue, dejándome de regalo la imagen de ese precioso culo que se cargaba, adivinando que sabía perfectamente como lo miraba y dejándome ese sentimiento de jugar conmigo al gato y al ratón.
    
    Confieso que después que ella me dejara a solas, fui al pequeño baño de uso común que disponíamos y necesité descargar toda ...
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