La historia de Ángel, solo era un muchacho (34)
Fecha: 28/01/2023,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... y quería verlo en primer plano. Deslicé el cuerpo bajo él, la cabeza debajo de su tripa y mi verga debajo de su cara, y sentí ganas de chuparle la dura polla que tiraba jugos sin cesar, pero también ver con detalle como Pablo se lo follaba.
Si, deseaba ver la hermosa verga de mi amante, como entraba y salía del culito de Álvaro, totalmente dura y empapada de los jugos que ambos segregaban.
Álvaro bajó la cabeza para empezar a lamerme los huevos, y sin poder aguantarme recogí con la lengua el presemen que le colgaba del glande, que me rozaba pasando por mis labios por las embestidas que Pablo le propinaba en su culo.
El morbo era increíble mirando el conjunto del acople de los dos cuerpos, aquella inmensa barra de carne entrándole hasta las entrañas de nuestro amigo, tenía la impresión de verla recorrerle las tripas avanzando y retrocediendo en su vientre.
Tenía la cabeza forzada para elevarme y poderle chupar los huevos, a veces lamiendo la verga que salía llena de jugos y sintiendo la boca de Álvaro envolviéndome mi verga.
Continuamos unos minutos así, Álvaro y yo con nuestro sesenta nueve a la vez que Pablo le atacaba con fuerza por atrás. Vista desde mi posición, la polla de Pablo pararía más grande, larga y gorda, con las venas reventándole la suave piel aterciopelada, deliciosa.
Su huevos rotundos, grandes y cubiertos de pelo que pasaban rozándome la nariz hasta estrellarse en el rojizo agujero que ahora era el ano de nuestro amante.
Toda esa ...
... visión, el olor que percibía llenándome las fosas nasales, me tenía en un estado de excitación difícil de soportar. Y Álvaro tenía que sacarse mi verga de la boca para suspirar y sacar grititos de placer cuando sentía la verga de Pablo en lo profundo de su ser, y escuchábamos el rítmico golpear de los cojones de toro en sus nalgas.
Pablo se debió de cansar, o no quería terminar y deseaba que la follada durara más que sacó la polla del culo dejándome ver el abierto hoyo y le metí dos dedos.
-No, no me la saques, ahora no. -enseguida cerró el culo sujetando y aspirándome los dedos, pero Pablo le sujetó las caderas desplazándole de donde estaba y colocándolo a mi costado.
Entonces Pablo le elevó las piernas colocándolas sobre sus hombros y empezó a comerle el culo. Álvaro se contraía por el placer que la lengua y la boca de nuestro amigo le daba, y yo me arrodillé a su lado admirando su largo fallo tirando líquidos.
Luego Pablo subió la lengua por el perineo hasta llegar a los huevos y allí unimos nuestras bocas, nuestras salivas y le comíamos los huevos y la verga con auténtica dedicación, gozándole y haciendo que nuestro amante se estremeciera continuamente retorciendo el cuerpo.
Uno y otro buscábamos darle placer y no dejábamos un lugar sin que nuestras lenguas pasaran lamiendo, mezclando nuestras salivas con los jugos que su verga desprendía.
Poco después Álvaro se revolvía y era Pablo el que permanecía tumbado, y nuestro antiguo pasivo se volvía el actuante ...