1. Sometida por el bully de mi hijo (3)


    Fecha: 25/12/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... observa una obra de arte, tratando de descifrar de dónde proviene el magnetismo que lo obliga a no apartar sus ojos de ahí.
    
    -Caminá un poco, como una modelo. -dijo.
    
    Le di el gusto. Caminé desde la puerta de entrada hasta la ventana. El viento frío del aire acondicionado daba a mi cuerpo desnudo. Sentí, con cierta sorpresa, que me daba morbo estar en esa situación, totalmente expuesta a los caprichos de Robi. Fui y vine dos o tres veces. Luego me paré frente a él. Di una vuelta, para que no perdiera ningún detalle de mi cuerpo. Quería que entienda lo especial que era como mujer. Que comprenda la suerte que tenía, y que, en consecuencia, sea agradecido.
    
    Robi me agarro de la muñeca, y me atrajo hacia él. Hiso un movimiento con la cabeza y yo entendí lo que quería que haga: me arrodillé a sus pies, como una plebeya ante su rey.
    
    Entonces metió dos dedos en mi boca, y jugó con mi lengua. Empecé a salivar más y más. Él se bajó el pantalón, la verga saltó como resorte, ya estaba a media asta.
    
    -Escupila. - dijo.
    
    Obedecí sin chistar. Esculpí varias veces hasta que el tronco brilló por la saliva.
    
    -¿Querés que te la chupe? - pregunté, agarrando su bello instrumento (lo único bello que tenía). Acerqué mis labios al glande y lo miré a los ojos.
    
    -Abrí la boca y sacá la lengua. -dijo-. No la cierres hasta que yo te diga.
    
    Me dejó en esa pose un buen rato, hasta que de mi boca empezó a chorrear saliva. Se puso de pie, me agarró del cabello con violencia y me metió ...
    ... la pija hasta la garganta, de un solo movimiento.
    
    Lo empujé y me liberé enseguida de esa víbora sólida. Tosí.
    
    -No entra todo eso en mi boca. -le dije.
    
    -Dejá de quejarte putita.
    
    Sin embargo, se vio persuadido de volver a intentar meterme semejante miembro entero. Aun así, lo metió en mi boca, y empezó a frotarlo en la parte interna de las mejillas. Mis cachetes se estiraban y mi piel tomaba la forma fálica de su pija. La imagen parecía divertirlo mucho.
    
    Después de un corto tiempo, que me decepcionó, eyaculó adentro de mí.
    
    -Tragate todo - dijo.
    
    En los siguientes minutos, jugó con sus dedos, como si fuesen lombrices que se enterraban en un campo húmedo. Entró por todos los orificios de mi cuerpo.
    
    Luego me dijo que abriera las piernas. Enterró su rostro entre ellas. Se encontró con mi sexo mojado. Lo olió y me miró con una sonrisa perversa.
    
    Mi orgullo se había desvanecido mientras estuve encerrada en esa cuatros paredes con Robi. Mi sexo necesitaba ser estimulado. Mi cuerpo necesitaba expulsar todo el calor que había acumulado hasta entonces. Robi sacó su lengua filosa y lamió el clítoris. Una ráfaga fría del aire acondicionado impactó justo en mi entrepierna y entonces la deliciosa sensación de la lamida se intensificó. Robi repitió una y otra vez. No pasaron ni cinco minutos, cuando por fin mi cuerpo me demostró que librarme de ese salvaje iba a ser más difícil de lo que imaginaba, porque ahora era yo misma la que lo deseaba. Largué mi grito orgásmico ...