... piernas abiertas, quedando ante mis ojos unos cachetes vaginales rosaditos, depilados cuidadosamente, me voy a sus pies blancos, delgados, finos, besándolos sutilmente, desde la punta de sus dedos recorriendo sus largas, delgadas y blancas piernas hasta su flor de loto, al llegar a su vagina intercepto con mi lengua su clítoris, procediendo a besarlo, morderlo y succionarlo con esa mezcla de fuerza y sutilidad, provocando en Dalia, retorcijones de placer, los cuales manifestaba tomándome de las manos con fuerzas, aprisionando mi cabeza con sus piernas, contrayendo su cuerpo con fuerzas para luego soltarlo en clara señal de haber alcanzado su primer orgasmo.
Esto apenas comenzaba, su vagina para mí, era adictiva, ya que tenía un olor suave, mezclado con un sabor un poco agrío pero con más predominancia a lo dulce, comencé con un suave y rítmico lametón de lengua, arriba-abajo, círculos, simultáneamente Dalia movía su cadera en círculos, manteniendo aferrada sus piernas a mi cabeza, o sea, me estaba haciendo un candado.
Dalia llevaba tres orgasmos muy húmedos, tanto así que a pesar de estar la mañana fresca, estábamos empezando a sudar, cuando alcanzó el cuarto orgasmo, aflojando un poco las piernas, zafándome, para besarla en los labios, ella empezó a buscar para encender el aire acondicionado, me coloco boca arriba, ubicándose Dalia para ser ensartada, mi pene entró como cuchillo caliente en barra de mantequilla, una vez que su cuerpo chocó con mis testículos, comienza ...
... Dalia un meneo suave, rítmico, apretando su vagina para darme un mayor placer...
Dalia: Si papi, que rico, cógeme así, así así, grrrr.
Yo: Vamos puta, mueve esa cuca que tienes falta de güevo, menéate rico peazo e puta...
Dalia: Ummm dame más papi que rico, que rico no joda, vamos párteme esa cuca coño e tu madre, que ricooo
Haciendo fuerzas mientras amasaba mis pectorales con fuerza, le acariciaba las nalgas y rozaba suavemente el dedo medio por su hueco anal...
En pleno furor, se abre la puerta del cuarto bruscamente, escuchando una voz muy singular, característica de la región occidental de Venezuela (Maracaibo):
Marlene: ¡Mira vos lo que estáis haciendo y no invitan a los pobres a comer!
Yo me puse blanco, sintiendo mi miembro perder presión sanguínea, no me había percatado, que Dalia le había dado un juego de llaves a Marlene en la Iglesia, y le había estado escribiendo mientras preparaba el desayuno, esto con el fin de confirmar que estuviera en la casa y viera parte del espectáculo, en medio del asombro no me di cuenta que Marlene entró con el pantalón algo bajo y la mano metida en la vagina.
Dalia, al sentir mi bajón eréctil, me empieza a besar por el cuello, diciéndole a Marlene y señalándole que se una:
Dalia: Vente Marlene que se me desinfla el hombre, ayúdame...
Dalia y Marlene se ubican cada una a un lado mío. Dalia comienza a besarme los labios, mientras que Marlene se introducía mi pene para darme un oral digno de elogios, lo tomó ...