... ardiendo en deseos y ganas por un miembro viril en sus cavidades vaginales.
Mientras tanto, Dalia, seguía devorando mis labios de una forma apasionada, cuando se detiene y en forma de regaño le dice a Marlene:
Dalia: Bueno Marlene menos palabras y más acción no joda!
Seguidamente me voy a esa cuca súper mega híper carnosa de Marlene, previamente había acomodado a Dalia para que me hiciera un oral a mí, Marlene le iba a comer la vagina a Dalia y yo iba a degustar del cucón de Marlene.
Entre los tres hacíamos un triángulo, quedando Marlene mejor ubicada en la cama por su problema con las piernas, apenas acerqué mi boca a la mega cuca de Marlene pude sentir su calentura, con mis dedos abrí un poco para introducir mi lengua, ummm que delicias de jugos, viscosos, suave olor, a pesar de estar inundada, se percibía un olor débil y pero perceptible a jabón, por otro lado Dalia me tomaba el pene y se lo restregaba por la cara untándose mis líquidos pre seminal por sus cachetes, mentón y nariz, Marlene estaba poseída, empezó a menear su cintura y a gritar fuertemente.
Fue entonces, cuando me detuve momentáneamente, para situarla en el centro de la cama, Dalia le colocó a Marlene su vagina, seguidamente bajó hasta el gran cucón de Marlene a degustársela junto conmigo mientras alternábamos furtivos besos en la boca. Marlene estaba en éxtasis y en ocasiones decía:
Marlene: Ummm que rico que me la están comiendo, esto es la gloria... grrrr, ay mamacita que rico, papi no ...
... sabía que eras bueno con esa lengüita, cómeme esa chocha... grrr!
Apretando los dientes y mi mano ya era evidente que estaba por explotar, levantó un poco sus caderas queriendo introducirme por su vagina, aproveché y mordí suavemente su clítoris, para abrir paso a un caudal de líquidos, trataba de aspirarlos, absorberlos, pero era mucho, seguía degustando sus líquidos por sus verijas, piernas, vagina, mientras le estampaba un beso a Dalia, para transmitirle y compartir os jugos de Marlene, quién quedó exhausta, respirando agitada, pero a la vez relajada. Yo con mi pene erecto, palpitante, lubricado, lo orienté con mi mano a la entrada de esa vagina, grande, carnosa, cachetona, Dalia se ubicó detrás de mí, dándome masajes en el hombro, espalda y cuello, poco a poco voy entrando en la cuca de Marlene, Dalia alterna sus masajes con besos en el cuello, orejas, siento cuando Marlene se estremece, el calor hirviente que emana la chucha de Marlene.
Cuando por fin le penetro al tope mi pene, en su cerrada vagina, por varios años de austeridad carnal, tuve que hacer un esfuerzo grande para no venirme, por eso las acciones de Dalia quién me susurraba ahora en el oído:
Dalia: Tranquilo papi suave, disfrútala, gózala, hazla sentir rico...!
Cuando Marlene sintió mi miembro palpitante en su vagina completo, comenzó un agitado movimiento de caderas, con mis manos la sujeté y empecé a tener el control, esto para evitar venirme rápido, Dalia por su parte nos abrazaba, haciendo un ...