1. Todos los errores fueran asi


    Fecha: 21/12/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... a oscuras y Julio nos decía que estuvieramos en silencio, que seguro que a esa habitación no iban, que nos sentaramos en algún sitio. En ese momento escuchamos algunas voces y nos dimos cuenta de que a Carlos e Iván los habían pillado. La tensión subió, pero nadie dijo nada, escuchabamos, esperando que no nos delataran. Las voces se calmaron un poco y Julio se acercó a mi, y mientras me acariciaba la espalda me susurró.
    
    -nos toca esperar, si no hacemos ruido nos vamos después de que se vayan los del ayuntamiento, a no ser que surja algo más...- en ese momento su mano pasó a mi nalga izquierda, la agarró y me acercó a su cuerpo, levantandome un poco del suelo, me susurró tan cerca del oido que me estremeció al sentir el calor de su aliento en mi cuello, no podía creerme tener ese calentón y no poder hacer nada con él en ese mismo momento.
    
    Andrés y Antonio se sentaron en el suelo junto a la puerta.
    
    Andrés se desesperó y Julio se acercó a tranquilizarlo mientras yo me sentaba al fondo de la habitación, teníamos que movernos a tientas porque lo único que entraba era un hilo de luz por debajo de la puerta.
    
    Julio y Andrés hablaban a susurros, parecía que discutían hasta que pararon, por la poca luz que había me pareció que Andrés miraba hacia arriba apoyando la espalda y la cabeza en la pared, como si suplicara al cielo paciencia y vi como Julio se levantaba y se sentaba a mi derecha, y ahora nadie decía nada, silencio...
    
    Julio suspiró, estaría enfadado, en señal de ...
    ... apoyo posé mi mano en su muslo, tensó la pierna como si se sobresaltara y suspiró, sí que estaba enfadado, así que, empecé a acariciarle la piel, era verano, iba en pantalones cortos, de baloncesto, todos llevaban esos pantalones, me encantaban tan grandes y esa tela tan fina.
    
    Volvió a suspirar y eso hizo que renaciera mi calentón, la situación me daba morbo y no era de ayuda no poder hacer ruido, y se ve que a él le ponía también porque suspiraba, yo subía la mano, por debajo de la tela del pantalón, hasta llegar a la ingle, empezaba a mojarme y él suspiraba, seguía tenso y volvía a suspirar.
    
    Me acerqué y le dije muy bajito.
    
    -relájate- en ese momento me puso la mano en el muslo y subió rápidamente, como llevado por un impulso, cuando sentí la yema de sus dedos rozandome los labios menores me retorcí, pero lo deseaba, estaba tan mojada que sus dedos resvalaban de manera tan libre que me moría del gusto cuando frotaba a mi clítoris.
    
    -ves, así te relajarás- le volví a susurrar, él ya no suspiró, su respiración se hizo mas profunda, más enérgica y ritmica.
    
    Yo seguía acariciando su ingle, su piel, la sentía tan fina en esa noche, notaba que había algo muy duro cerca de mi mano, y levanté lentamente el elástico del calzoncillo y la rocé, mmmm tan suave y ¡estaba lubricando!, aunque no más que yo :).
    
    Yo entreabría los ojos para controlar la leve silueta de Andrés y Antonio al lado de la puerta, no se movían, respiraban fuerte de vez en cuando, como de fastidio, y ...