1. Mi primera vez en un parqueadero


    Fecha: 30/11/2022, Categorías: Primera Vez Autor: esperanza, Fuente: CuentoRelatos

    Queríamos explorar algo nuevo, así que salimos a un bar y pedimos una botella de ron. Entre el frío de la noche, la soledad de las calles, la preocupación por un examen, pensando en quién nos iba a prestar la tarea de química y haciendo planes para la graduación fue mi primera papalina. Mis sentidos estaban desequilibrados, el entorno me daba vueltas y al fondo escuchaba el rock y las carcajadas de mi amiga cuando decía que un joven se estaba riendo de nosotras. Aun así no me importaba y disfrutaba esa sensación.
    
    En medio del arrebato, me dio curiosidad saber quién era el hombre cuerdo que no entendía mi demencia. Levanté la mirada y aunque todo se tambaleaba noté que era un joven de piel blanca, cabello rubio y ojos verdes. Al verme preguntó: ¿cómo te llamas? – Aileen - respondí. Mi nombre es Daniel mucho gusto – continuó. Se acercó y me ofreció su mano. Haciéndome saber que él también era del pueblo y estaba con unos amigos tomando algo, disfrutando del circo que yo estaba armando. Lo que produjo en mí fue más risa, tengo un pequeño defecto y es que me rio en momentos indebidos. Así que seguí disfrutando de mi rebeldía, mientras el hombre sensato me veía. Después fui a casa con mi amiga y con risa inmotivada nos quedamos dormidas. Al otro día ni la tarea llevamos, ni el examen lo ganamos. Una colegiala que salía del capullo, convirtiéndose en una colorida mariposa, atrayendo las miradas de quien la veía volar. Tenía varios admiradores; Juan, un sabio y caballero; ...
    ... Sebastián un coqueto y caribonito; Gonzalo, tierno y detallista; Luis, trabajador y de buen humor. No sabía a quién elegir, era un dilema.
    
    Mientras tanto le preguntaba a mis compañeras qué sentían cuando tenían sexo. Me encantaba escucharlas al día siguiente después de versen con sus novios. Me describían las posiciones que hacían, los sitios a donde iban y los detalles que les daban. Buscando que llegara ese día, salía con Juan y me parecía aburrido; con Gonzalo y era demasiado cursi; con Luis y era muy despreocupado. Era un dilema. Con Sebastián salía ocasionalmente y era un acosador. En la acera, afuera de mi casa cuando se iba a despedir, apretujaba mi nalga y pasaba su lengua caliente por mi oreja de manera circular, continuaba rozándola por el mentón y lo llevaba a su boca para succionarlo. Acomodaba sus manos en mis senos y los agarraba tan fuerte como si fuesen a escapar. Me abría un poco las piernas para él meter la suya y la frotaba con mi vagina. Miraba su cara y se estaba mordiendo los labios, enredaba sus dedos con mi cabello y me hacía más fuerte, sintiendo la braga de mi pantalón metida en el medio de mi vulva. Metía el dedo pulgar en mi boca y lo chupaba mirándolo a sus ojos. De pronto alguien venía y nos quedábamos quietos como si nada pasara, mientras lo abrazaba. Me gustas – expresaba él. Mis pupilas se dilataban y le respondía con una sonrisa. Nos hacíamos en las escalas de mi casa y cuando se iba a desvestir me negaba a tener sexo con él, a pesar de que ...
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