1. La mirada de zorra


    Fecha: 22/11/2022, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... el pensamiento lascivo que había tenido hacía un momento, y que, por tanto, él lo había decidido por mí.
    
    No dejé de hacerle cosquillas en el hueso de la cadera y alrededores después de soltar aquella frase que, evidentemente, tenía su parte de dardazo. Quería hablar del tema, me apetecía hacerlo. Pero no era capaz de ser más clara a la hora de pedirle que respondiera. Bueno, sí, sí que podía. Me bastó girar la cabeza, mirarle y sonreírle para que supiera lo que pensaba y lo que quería que pasara.
    
    - Sí... Sí que podría haber ocurrido entonces de una manera así...
    
    - ¿Se te ha pasado por la cabeza cuando nos has presentado?
    
    - Ha sido inevitable -me confesó.
    
    Ese golpe de sinceridad de Javi me encantó y me terminó de relajar con el asunto. Yo también quería ser sincera.
    
    - ¿Y si te digo que me despierta curiosidad, que me planteo si probar?
    
    Javi me echó la mano al muslo y me lo apretó con fuerza. ¡Teníais que haber visto cómo se le puso la polla en un segundo!
    
    - Y no porque sea Álex -continué diciendo-. Sino porque quiero y porque me fío de ti.
    
    Le sobé el rabo durante unos segundos. Estaba reprimiéndome el arranque que tenía latente de levantarme y comérsela mientras me imaginaba todo tipo de posturas sexuales con los dos. Javi no desaprovechó la ocasión cuando , tras cogerle la polla, notó cómo se me relajaban los músculos interiores de los muslos y se me abrían levemente las piernas. En seguida su mano vino a buscarme el coño.
    
    - Para -le dije ...
    ... soltándole el rabo-. O acabaremos haciendo algo que está feo en cualquier tipo de playa.
    
    - ¿Vamos al agua? -me propuso.
    
    - Ve tú por delante -le contesté.
    
    Se levantó de la toalla, súper orgulloso de su escandalosa erección, presumiendo de polla, y se fue hacia el agua. Llamó la atención de un par de chicas que venían paseando por la playa, pude verlas cómo le miraban el paquete.
    
    - ¿Os pone el tío al que me voy a follar ahora mismo en el agua? -pensé.
    
    El pensamiento sirvió para lubricarme bien el sexo, por un lado, y para entender un poco más esto de la excitación al ofrecer a tu pareja para follar, por otro. Si no fuera porque no te puedes fiar de ni una sola tía, a mí también me daría morbo eso de compartir al artista con el que follo para que goces sus habilidades, pero que es solo mío.
    
    Y ese “pero que es solo mío” se encargó de aportar una dosis más de lubricante en mi entrepierna.
    
    Esperé a que Javi encontrara su lugar en el agua para levantarme de la toalla. Cuando, por fin, y después de darse un chapuzón, se quedó asomando solo la cabeza por encima del agua buscándome con la mirada, supe que era mi momento. Me puse de pie y comencé a caminar hacia la orilla, estaba el agua buenísima, por cierto. Que no os lo había dicho. Apenas soplaba una fina brisa y la marea era tan suave que, ni siquiera cuando rompían tímidamente, tenían fuerza las olas para tambalearte. Los peces propios de las playas de arena fina con poco desnivel de profundidad (y que no voy a ...
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