1. Dos Amigas y un pueblo


    Fecha: 07/11/2022, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... movimientos ascendentes y descendentes que cada vez eran más rápidos.
    
    - Me encantas Saragggghhh - Dijo medio atragantándose mientras le succionaba un pezón durante la penetración.
    
    - Tú eres un amor José María. - La chica juntó sus pechos con las manos apretando entre medias la cara de su amante.
    
    - ¡Qué ganas tenía de follarte, Silvia!
    
    - Ya veo - Le contestó a Gorka a sabiendas del ritmo acelerado con el que le ayudaba a subir y bajar.
    
    Las chicas aceleraron el ritmo pero ninguna quedó como ganadora ya que los chicos prefirieron parar antes de correrse.
    
    - Sara, vamos a disfrutarte en familia - Dijo Hugo. - ¡Súbete aquí, guapa!
    
    La joven se lo pensó unos segundos y finalmente no accedió, sino que se encaramó sobre su tío.
    
    - ¿Con que esas tenemos, eh? - Dijo acercándose desde atrás al tiempo que le daba un azotito en el culo.
    
    - ¡Fóllame el culo cabrón, a ver si me entero de algo! - Le dijo ella retadora.
    
    Su tío le hizo una señal con la mano para que se calmara, y su sobrino se acercó sonriente.
    
    - Como tú quieras,dijo con voz de pervertido. - Pegó su cuerpo al de la pareja.
    
    - ¡Cuidado, estúpido! - Dijo su tío cuando el otro falló el tiro y le rozó con su pequeño miembro.
    
    El grupo se detuvo, y Hugo, tras preparárselo, penetró analmente a Sara con facilidad.
    
    Mateo se acercó a aquel conjunto de pasión y taponó el último orificio con posibilidades sexuales de la chica dejándola con sexo, ano y boca ocupados. El circuito de carne se movió ...
    ... lentamente mientras que el resto no perdía el tiempo.
    
    José María se follaba a Silvia salvajemente en la postura del misionero al tiempo que ésta se la comía a Gorka.
    
    - Cómo se despierte ahora tu novia... - Dijo con malicia José María.
    
    - Calla, calla, no me cortes el rollo.
    
    Las pollas viejas y pequeñas oscilaban como si de un mecanismo de relojero se tratara al introducirse y escapar del interior de Sara. Aprisionada en aquella celda de lujuria poco más podía hacer que dejarse follar la boca lentamente por parte de aquel joven sencillo y grandullón.
    
    - ¡Alto! ¡Parad!
    
    - ¿Estás bien Sara?
    
    - Sí, pero veo que os queda poco para correros y creo que mi amiguita se merece, por lo esquiva que ha sido, toda la tarta. Venga, ¡todos con Silvia!
    
    La aludida miró con los ojos como platos a su amiga.
    
    - Tú no. - Cogió a José María por el brazo. - Quiero que me llenes con tu leche. Te lo has ganado. - Le dijo Sara.
    
    Los hombres se arremolinaron en torno a Silvia, quien se arrodilló en la alfombra frente a ellos. Las cuatro pollas oscilaban como si de los palos de los barcos de un puerto en un día ventoso se tratara.
    
    Mientras, José María ya se había lanzado sobre Sara como un salvaje. Le había excitado mucho el gesto de la chica, y se comportaba en aquellos momentos como un animal enloquecido.
    
    - ¡Te voy a reventar el coño! - Le dijo sin filtros.
    
    - Mmmm, sí, ¡fóllame sin parar!
    
    El joven la aplastó con su cuerpo y apretó sus labios contra su pecho succionando ...