Dos Amigas y un pueblo
Fecha: 07/11/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
viaje de Sara y Silvia acababa de empezar! Libres de sus maridos, se disponían a empezar unas vacaciones en solitario por la Rioja y emprender la ruta del vino.
Empezaron su viaje, para poder beber sin tener que conducir, en el Enobus. Un autobús que llevaba a sus pasajeros a través de bodegas, viñas y pueblos en un pack en el que no tendrían que preocuparse por nada. Aprovechando el buen tiempo primaveral, las dos jóvenes se vistieron cómodas y desinhibidas para la ocasión. Entradas en la treintena, sus cuerpos se mantenían en forma y delgados, y al tener ambas la misma edad muchas veces les preguntaban si eran hermanas. De espaldas sólo el pelo liso de una y el ondulado de la otra las distinguía.
El recorrido de aquel autobús turístico por la ruta del vino les llevó de un pueblo a otro, parándose en varias bodegas. Al margen de una parejita compuesta por un chico delgado y una chica grandota que no dejaba de besuquearse cada dos por tres, el resto de los viajeros del Enobus eran mayores que ellas, algunos con el pelo totalmente blanco y otros directamente sin pelo. Hacía muchos años que eran buenas amigas y conectaban muy bien. De carácter jovial y dotadas de un estupendo sentido del humor, hacían reír al grupo más de una vez con sus ocurrencias.
En una de las paradas pasearon entre frondosos viñedos cargados de uvas que prometían excelentes jugos fermentados.
- ¿Las puedo probar? - Preguntó Silvia con descaro a un chico que pasaba por allí.
- Claro maja, lo ...
... que son para hacer vino, no sé si te gustarán - Respondió con acento local y alegre el joven ofreciéndole un pequeño racimo.
La chica mordió con sus blancos dientes un grueso fruto y observó su interior.
- Tienen bastantes pepitas.
- Ya te dije que eran para hacer vino, ja, ja, ja. Igual estás acostumbrada a esa aberración sin semillas de los supermercados.
- ¿Y es bueno el vino que sale de estas? - Preguntó Sara, haciendo caso omiso de los comentarios del chico, mientras su amiga devoraba una a una cada uva tiñéndose de carmín la boca y las manos.
- ¡Qué te voy a decir yo! ¡Claro! Si sois del grupo del bus, luego os darán a probar. Aunque como los vinos de mi pueblo...
- ¿Eres de por aquí? - Preguntó Sara sonriente.
- Sí, a ver hoy acabo pronto porque estamos de fiestas en el pueblo - Le dijo escaneándola, sin que ellas se dieran cuenta, de arriba a abajo.
Les calló bien, y no vieron ninguna segunda intención ni malicia en él. Intercambiaron teléfonos con quien descubrieron que se llamaba José María y le dijeron que igual se pasarían por el pueblo.
Tras una estupenda comida regada por magnífico vino, el autobús les trajo de vuelta a la parada donde lo habían cogido. En el camino de regreso, los pocos que quedaron despiertos pudieron oír más de un ronquido.
Aquella tarde dieron un paseo por la ciudad en el que pudieron hablar con sus maridos por teléfono y contarles cómo les iba. Al volver al hotel, se ducharon por turnos y se prepararon para ir ...