Dos Amigas y un pueblo
Fecha: 07/11/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... al pueblo del que les habían hablado con ganas de pasarlo bien en aquellas fiestas y probar el codiciado néctar alcohólico local.
Silvia lucía un short vaquero ajustado que dejaba a la vista sus blancas piernas. En la parte de arriba llevaba puesto un top a rayas horizontales con amplio escote en "U", finos tirantes y volante con lazo en el centro. Sólo el sujetador con push-up realzaba el valle de la tentación en sus pequeños pechos. Unas zapatillas blancas cerraban el atuendo. Su bello rostro siempre lucía una sonrisa enmarcada por su noche estrellada de pecas. Sara se había ataviado con una camisa blanca abotonada que transparentaba un poco su sujetador. Una bermuda vaquera, un poco más larga que los shorts de su amiga, estilizaban sus fuertes piernas. Llevaba puestas las mismas zapatillas blancas parecidas a las de su amiga.
Como no era tarde, decidieron coger un bus para llegar hasta el pueblo, que no estaba muy lejos. Una vez allí, se encontraron con un sitio muy acogedor, de casa antiguas y rústicas y todo decorado para celebrar la festividad del lugar. La población se había disparado ante las fiestas, viniendo gente de todas partes. Dieron un paseo y el único bar del pueblo estaba a rebosar. «¿Dónde cenaremos?», se preguntaron. Al girar en la siguiente calle descubrieron que la gente sacaba mesas y sillas a las calles para cenar al aire libre. Decidieron preguntar a una señora que estaba sirviendo dónde podrían cenar. La mujer, todo corazón, les dijo que en el ...
... bar del pueblo era imposible y que se sentaran, que había comida para todo el mundo.
Las chicas, agradecidas pero algo cortadas se sentaron en la zona de los jóvenes. Un gigantón de aspecto intelectual se presentó como Mateo y las acribilló con preguntas durante toda la cena.
A parte del pequeño interrogatorio, la vista del joven estaba se desviaba más allá del contacto visual escaneando el cuerpo de las dos chicas. Cuando Sara preguntó por el cuarto del baño, Silvia se levantó rápidamente, no quedando claro si era por no dejar sola a su amiga, o por no quedarse sola ella.
Mateo las acompañó al interior de la casa hasta indicarles que al final del pasillos se encontraba el aseo. El chico no quitó ojo de los finos cuerpos de las chicas alejándose, sin pompa ni contoneo, pero con dos pequeños traseros que le hicieron tragar saliva antes de volver a la mesa. La cena terminó con una de copas de vino, y las chicas, antes de que Mateo se les acoplara toda la noche, agradecieron la generosidad y hospitalidad y se fueron excusándose con que habían quedado con otras personas de la ruta del vino.
La plaza del pueblo era un frenesí de gente hablando, bebiendo, y los más jóvenes saltando al son de la banda que estaba tocando música. Sara y Silvia se unieron a la fiesta y saltaron como si dos adolescentes más se tratara.
- Guapas, ¿os invito a una copa? - Dijo un chico bastante moreno y con pinta de canalla.
- Se ve que aquí deben funcionar estas técnicas de ligue del ...