1. ¿Quieres conocer el sabor de mi coño?


    Fecha: 19/10/2022, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... mi mujer fue a hacerle de canguro a una vecina que fuera ingresada en el hospital para dar a luz, ya que yo llamé a Laura para que me hiciese de comer y de cenar.
    
    El día que nos ocupa fui a trabajar. Al volver estaba la mesa lista. Comiendo un zanco de un pollo que había asado, me dijo:
    
    -Esta noche podía hacer para ti aquello que me habías propuesto.
    
    -¿Por dos mil pesetas?
    
    -Por dos mil pesetas.
    
    Hablamos de muchas cosas más, pero yo quiero ir al turrón.
    
    Daban en el reloj de la pared de la sala de estar las once de la noche cuando entré en su habitación. La luz estaba encendida. Laura estaba echada sobre la cama vestida con un pantalón de pijama blanco con flores rojas y con una camiseta blanca ceñida donde se marcaban sus grandes tetas. Puse las dos mil pesetas encima de la mesita de noche y me senté en una silla. Me sonrió y me preguntó:
    
    -¿Empiezo?
    
    Cuando quieras.
    
    Laura echó las manos a las tetas y comenzó a amasarlas. Me preguntó:
    
    -¿Te gusta lo que ves?
    
    -Mucho.
    
    -A mí también me gusta que me mires.
    
    No pensé que me iba a hablar mientras se masturbaba, pero me gustaba que lo hiciera.
    
    -Y mí me gusta que te guste.
    
    Bajó una mano y la metió dentro del pantalón del pijama. Viendo cómo se movía la mano allí abajo se me puso la polla tiesa. Me preguntó:
    
    -¿Quieres ver mis tetas?
    
    -Quiero.
    
    Laura levantó la camiseta y dejó sus gordas tetas al aire, unas tetas redondas con areolas medianas y pezones gordos.
    
    -¿Te gustan?
    
    -Son ...
    ... preciosas.
    
    Sacó la mano de dentro del pantalón del pijama y mojó con los jugos de su coño los dos pezones. Los acarició con dos dedos y después volvió a meter su mano derecha dentro del pantalón del pijama.
    
    -Estoy cachondísima.
    
    -¡Anda que yo!
    
    Con una mano se masturbaba y con la otra se magreaba las tetas. Al rato me preguntó:
    
    -¿Quieres ver mi coño?
    
    -Enseña.
    
    Quitó el pantalón del pijama. Completamente desnuda se abrió de piernas y se giró hacia mí. Mi polla se volvió loca dentro de los calzoncillos al ver su coño peludo. Me vino la diosa de la fortuna a verme cuando me dijo:
    
    -Puedes tocarte si quieres.
    
    Saqué la polla empalmada y comencé a menearla. Laura miró para mi polla y empezó a acelerar los movimientos laterales, verticales y circulares que hacía sobre su clítoris.
    
    Me levanté y fui a su lado. Paró de masturbarse y se puso en guardia.
    
    -Recuerda que es solo mirar.
    
    La tranquilicé.
    
    -Ya lo sé, pero es que quiero ver tu coño de cerca.
    
    Con mi cara a escasos centímetros de su coño vi cómo sus dedos entraron y salieron de su vagina unas diez o doce veces y luego cómo los movía encima de su clítoris... De su vagina salían jugos transparentes con una consistencia cómo la de la clara de un huevo que bajaban hasta su ojete y acababan en la cama. Sus dedos entraron y salieron de nuevo de la vagina. Me preguntó:
    
    -¿Quieres conocer el sabor de mi coño?
    
    -En este momento más que cualquier otra cosa en este mundo.
    
    Sacó los dedos del coño ...