... provocador, y eso era lo que buscaba, que se fijara en mí. Y al parecer, lo conseguí. Tras pasar la mañana en la playa, veía como me observaba. Una rubia con estas tetas y este culo no se ve cualquier día, y aunque debía competir con otras zorras por semejante macho, conseguí que se fijara en mí.
A la hora de la comida, fui a servirme al buffet. Había de todo: pasta, ensaladas, carnes, pescados, fritos, patatas… cuando escuché una voz con acento latino que me decía:
-¿Qué me recomiendas?
Me di la vuelta y era él. Me moría de vergüenza. “No sé, es mi primer día aquí”, le dije con una sonrisa nerviosa. “Eso está bueno, también es mi primero”, contestó aquel cubano que más tarde sabría que se llamaba Iván. Intercambiamos cuatro palabras y nos fuimos cada uno a nuestras mesas. Esa situación me había excitado mucho, y a él también, pues alcancé a notar un ligero bulto bajo su bañador. Al ir a por el postre, la situación se repitió, pero esta vez fue al revés, le pregunté que me recomendaba, a lo que me respondió:
-No sé, a mi se me antojó algo, pero no está en el menú.
Al terminar la frase me guiñó el ojo. Todos sabemos a qué se refería, quería follarme. Me sonrojé, y él se dio cuenta. Puso en mi plato una servilleta en la que había apuntado un número telefónico, y volvió a su sitio. La humedad de mi coñito alcanzaba niveles inimaginables, me lo había ligado en menos de 24 horas. Sabía de mis facultades seductoras, pero no imaginé que fueran tan ...
... buenas.
Terminamos la comida y subimos a la habitación a echarnos la siesta. Debía escribir a ese número, quería follármelo esa misma noche, y me puse manos a la obra:
-Hola. Soy la chica del bufet – escribí.
La respuesta no se hizo esperar. A los 3 minutos mi móvil vibró:
-Muy buenas linda. Encantado de conocerla. Estaba esperando su mensaje.
-Jajaja, igualmente, encantada.
Comenzamos a charlar sobre la vida, como se llamaba, de donde era, cuántos años tenía (cuando me dijo que tenía 24 años me asusté, ya que nunca había estado con alguien tan mayor, pero ya tenía 18 años y quería que me follara un hombre de verdad). De repente me preguntó:
-¿Harás algo con tu familia esta noche?
-Daremos un paseo por la playa, pero a las 23:30 estaremos en nuestras habitaciones – respondí.
-¿Y podrás escaparte a tomar un mojito en el pub? ¿O se enterarán sus padres?
-Tengo una habitación para mi solita, así que si invitas tú, esta noche nos vemos.
-¿Duermes sola? Eso está chévere, sin que la controlen sus padres. Esta noche la veré en el pub a las 23:45 entonces.
Era todo increíble, de película. Corrí al baño a prepararme. Me depilé y metí a mi cartera dos condones por lo que pudiera pasar.
Llegaron las 23:30 y mis padres se habían ido a dormir con mis hermanos. Estaba dispuesta a salir de la habitación cuando alguien llamó a la puerta. Eran mi madre y mi hermana pequeña, María, que quería dormir conmigo. Se me había arruinado el plan, no me lo podía creer. Había estado ...