1. El sirviente


    Fecha: 27/09/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Pandora de Naz, Fuente: CuentoRelatos

    Lo primero que quería hacer, era presentarme para que conozcáis un poco de mi historia. Me llamo Lucas, tengo treinta años, con un cuerpo bien definido, y mido uno con ochenta. Quizás para muchos no sea muy alto, pero a mi ama le sacaba quince centímetros, lo que hacía que me sintiera más sometido a ella, de lo que ya estaba.
    
    Era un abogado en un pequeño bufete antes de conocerla, y la verdad que considero que la conocí en el momento oportuno, ya que llegó cuando el bufete quebró, y su oferta me pareció un bote salvavidas. Me ofreció ser su sumiso, vivir con ella, servirla 24/7, y yo que era sumiso, sin dudarlo lo acepté. Quizás penséis que soy un aprovechado, al principio también lo creía yo, pero ahora, vivo para ella y por ella, no podría concebir una vida sin ella, había nacido para servirla en cuerpo y alma.
    
    Y es ese momento el que hoy nos trae aquí, mi Ama Marta está a punto de volver del trabajo, sé que siempre vuelve bastante cansada y yo solo he de relajarla, pero hoy me había dejado un mensaje en el móvil, diciéndome que tenía que prepararla un baño relajante, su ropa de domina sobre la cama, y yo estar en posición en la mazmorra. No podía hacer ningún error, o si no sabía que tendría un castigo muy severo por su parte.
    
    Ya llevábamos mucho tiempo juntos, sabíamos lo que el otro necesitaba, y como había que hacer las cosas. Yo era el sirviente personal de mi Ama, limpiaba, hacia las comidas, etc., y además luego era su perra para lo que ella quisiera. ...
    ... Le gustaba humillarme de todas las maneras posibles, y me tenía atado muy en corto, no vaya a ser que me escape, aunque no querría eso ni muerto.
    
    Preparé la bañera con agua caliente y unas sales relajantes, la dejé el albornoz apoyado en uno de los laterales, y en la cama dejé su corsé favorito, uno granate de cuerdas con un bonito escote corazón, unas medias largas y trasparentes con un tono negro, que adornarían su bellos pies y sus bonitas piernas, unos zapatos altos de tacón a juego con el corsé, y una pequeña falda negra. Hoy me sentía algo pícaro, por lo que no la dejé el tanga que mejor le iría con ese atuendo.
    
    Bajé a la mazmorra, abrí la puerta y me puse en posición, recolocando bien mi collar, y ofreciendo la correa que iba enganchada a él. La espera se me estaba haciendo algo larga, pero de repente oí como la puerta de la casa se abría y se cerraba, provocado que sintiera espasmos en mi polla, que me dolía al chocar contra la jaula que la contenía. Necesitaba que mi Ama me diese alivio, llevaba un mes sin dejar correrme, aunque bien merecido lo tenía, fue un castigo totalmente justo.
    
    Oía como paseaba por la casa, supongo que viendo y evaluando todo lo que había hecho durante el día, porque si no había hecho suficiente o no estaba todo perfecto, me llevaría mi castigo, ya que mi ama no quiere un holgazán en casa. Ahora sabía que venía hacia mí, había llegado mi hora y la polla me estaba matando, no podía aguantarme.
    
    M: Hola perra, se nota que hoy estás ...
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