El celular de Alexia (Cap. 2): La niña ya no es una niña
Fecha: 19/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... amor —dijo.
— Una rapidito —contesté, sin dejar de besar su cuello, el cual sabía era uno de sus puntos más erógenos.
Alexia cerró los ojos, y me dejó hacer. Le desabroché el pantalón y la tumbé en el piso. La penetré con más violencia de la normal.
— Qué te pasa, ¡estás hecho un bruto! —se quejó ella.
— Perdón.
Disminuí la intensidad de mis penetraciones, a la vez que intentaba sacarme de la cabeza la imagen de macarena en ropa interior. Era tan joven… seguramente el Negro Rivera le estaría enseñando muchas cosas. Alexia también se había excitado. Comenzaba a gemir y a moverse con soltura. Acabamos al mismo tiempo.
Por la noche hicimos el amor nuevamente. Estaba contento, todo parecía indicar que estábamos en una nueva etapa de sexo juvenil, desenfrenado y abundante.
Recordé nuevamente a Macarena. Estaba tan cambiada. La niña que conocí se había esfumado, y ahora haría cosas tan obscenas con el Negro Rivera, que, si sus padres se enterarían, se escandalizarían. ¿Acaso Alexia no había cambiado también? Sería muy ingenuo pensar que realmente seguía siendo la misma chica sincera e incondicional que conocía a los dieciocho años. ...
... Aunque es justo decir que no daba señales contundentes de ello. Su metamorfosis hasta ahora sólo consistió en haber madurado. Ahora sabía tomarse ciertas cosas con la seriedad que se merecía, mientras que cuando era más joven parecía no preocuparse por nada. Sin embargo, la Alexia desenfadada no había sido consumida por la Alexia madura. Simplemente sabía guardarse, para salir en los momentos más cotidianos, o cuando estábamos con amigos.
— Me olvidaba de decirte… —dijo Alexia, girando hacia mi lado— El sábado nos juntamos con algunos de los chicos de la facu.
— ¿Ah sí? No sabía nada.
— Es que no estás en el grupo de WhatsApp. Ya habíamos arreglado hace rato, y les prometí que íbamos a ir. ¡No me digas que no podés, porfa!
— No, está todo bien. Hace rato que no vemos a los pibes.
— Sí, va a ser lindo.
Me dispuse a dormir, pero entonces el celular de Alexia sonó. Esta vez no se molestó en decirme de quién era el mensaje. Tampoco sonrió. Más bien parecía seria. Dejó el celular sobre la mesita de luz y se dispuso a dormir. Mientras yo intentaba hacer lo mismo, el celular vibró dos veces más. Eran las doce y media de la noche.
Continuará.