Fecha: 17/09/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... encima de mi vagina, tratando de entrar, bajaba por mis muslos, abrillantándolos y llenaban la alfombra, la obscurecían a su paso, dejándome sólo con cansancio, exhausta, sin poder respirar. y con una sensación de vulnerabilidad pero de todas formas: satisfecha, feliz e impresionada.
Ramón me tomó del antebrazo y levantó mi torso, dejándome hincada, sentada sobre mis pies, y tomando mi cabeza con delicadeza, la inclinó hacia atrás hasta que mis brazos tuvieron que sostenerme a la altura de mis muslos. Sabía lo que venía, lo habíamos planeado, habíamos hecho éste movimiento antes, Ramón y yo, entre risas y una ligera borrachera, ya me había puesto así en el centro de la sala, ya sabíamos que habría 5 hombres ahí, para mi todos, para ellos yo, en espera de su satisfacción, de la miel de su gozo, de la leche de su regocijo.
Sin quitarse por completo el pantalón, que era lo único que lo cubría, Ramón acercó su palpitante pene a mi cara, sentía la presencia de los demás al rededor mío, sentía la respiración profunda y grave del hombre-bestia que atravesó mi estrecho ano, que seguía destilando fluidos, sentía los nervios de Alejandro y Juan, sentía su calor cerca, pero mi visión solo me dejaba entender la verga de Ramón, el único que ya había eyaculado, que había llenado mi interior para prepararme.
Se masturbaba desesperado, gemía y su rostro empezaba a enrojecerse; quería ser el primero en soltar una carga de semen en mi cara y yo también quería que lo hiciera él ...
... primero, como la noche anterior lo había hecho. Abrí lentamente mi boca, Ramón sostenía mi cabeza apretando mi cabello, y aún así, pude adelantar mi boca, lanzando mi lengua hacia afuera para tocar la parte baja de sus testículos contraídos. Lleno de placer me dejó acercarme más, hasta que pude tener una de sus bolas por completo en mi boca, succionando y jugando con mi lengua Ramón no pudo más, apretó aún más mi cabello, jalándolo con fuerza, sujetó su pene sin menearlo mas, saqué ese delicioso dulce de mi boca, y me dispuse a esperar con tranquilidad el golpe de esperma, que fue dulce, fuerte, hirviente y abundante. Ramón gemía de placer, suspiraba, y exprimía su verga sobre mi cara, se contraía y apretaba los ojos mientras dejaba su cuerpo al borde del colapso. recuperó el aliento y apretando aquello como una ubre, dejó caer la última gota de semen apenas al lado de la comisura de mis labios, me vio, me dio una ligera cachetada, sonrió y se alejó caminando hacia atrás, abriendo los brazos, invitando a los 4 hombres que estaban al rededor mío, a repetir lo suyo, como si fuera una instrucción.
Daniel fue el más desesperado, lo había vuelto loco verme penetrada por Ernesto, lo había vuelto loco coger mi boca al unísono, y así loco e impaciente: jaló mi cabello haca atrás y sacudiendo con rapidez, eyaculó tanto y sin control, que el primer golpe lo sentí en mi frente, el segundo en mis labios y el tercero en mi barbilla, se deslizó por mi cuello, una gota de cada lado, se mezclaba ...