La mamá de Joaquín
Fecha: 16/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... tenía de vista. Seguro estaban en la clase de educación física.
—Si querés hacemos una vaquita para pagarle…
No me pude controlar. Ese comentario fue la gota que rebalsó el vaso. No pensaba soportar más insultos.
El que había dicho eso era un flaco alto, morocho, de pelo pajoso. Lo agarré del cuello, poseído por la bronca.
—Mi mamá no es ninguna puta. — le dije. Estuve a punto de darle una piña, pero él reaccionó antes, dándome un fuerte puñetazo en la panza.
En el baño había dos o tres pibes más, que se fueron corriendo cuando vieron que se venía el quilombo.
El gordo me agarró del hombro y me dio una piña en el mismo lugar donde su amigo me había golpeado. Quedé en el piso arrodillado, sin aire.
—Che ¿Sabés qué? —le dijo el gordo a su amigo. —Me dieron ganas de mear de nuevo.
—jajaja sos un hijo de puta. — se rió el flaco alto, cuando vio que el primero ya liberaba su morcilloza pija y apuntaba a mí.
No me podía mover del dolor. Estaba perdido. Esa sería la humillación final. Después de eso, no podría volver a ver a Agustina a los ojos. A Pitu, al menos había podido darle un golpe. Pero estos pibes iban a convertirme en el azmereír de la escuela entera. Cuando todos se dieran cuanta que estaba todo meado, ni siquiera me daría la cara para volver a la escuela. Deseé que la tierra me tragara.
—Qué onda wachos. — escuché decir a una voz desde el umbral de la puerta.
El gordo se metió la verga de nuevo en el pantalón. Yo me erguí, todavía con ...
... dolor, y pude ver a quien había interrumpido a esos dos hijos de puta.
No podía creer lo que veía.
—Eh Pitu ¿Todo bien? —dijo el gordo.
—Todo mal. —dijo Pitu, serio. — el pibe es de mi curso.
—Si es un logi. — argumentó sabiamente el alto.
— Ustedes son unos logis. — retrucó Pitu.
Yo comencé a recomponerme, sin terminar de creer lo que estaba pasando.
—Que onda Pitu, ¿querés que se pudra todo? — dijo el gordo.
Pitu se acercó hasta nosotros. Apoyó su cabeza en la del gordo. Sus ojos quedaron muy cerca unos de otros. Se desafiaban con la mirada. Nunca sentí un clima tan tenso como el que se levantó en ese baño oloroso.
—Qué, ¿Te la bancás? — dijo Pitu.
Afuera del baño se fueron asomando algunos de los mulos de Pitu. Brian, Leo, El Polaco, y un par más.
Ya de por sí, Pitu les podía dar pelea a los dos juntos. Pero si los otros se sumaban, los del otro turno no tenían oportunidad.
—Eh, está todo bien con vos Pitu. —dijo el flaco alto, dándose cuenta de la desventaja numérica. —Vamos, vamos. — le dijo a su secuas, agarrándolo del hombro.
El gordo, a regañadientes, se fue del baño, sin dejar de cruzar miradas con Pitu.
Abrí la canilla y me lavé la cara.
—Eh Pitu, ¿Nos vamos a terminar agarrando con los del turno tarde por este chetito? —le recriminó Leo, cuando sólo los de tercero tercera del turno mañana quedamos en el baño.
—Está bien ¡Que se pudra todo! —dijo Brian.
—El cheto se la banca, me hizo frente el otro día. — sentenció ...