La mamá de Joaquín
Fecha: 16/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... ¡Qué tiempos aquellos!
A medida que fui creciendo, y que empecé a sentir atracción por las mujeres, y a observar los cuerpos femeninos, me di cuenta que mamá no solo era hermosa, sino que era extremadamente sexy.
Es difícil vivir con eso. Cada vez que salgo con ella, le tocan bocina, le chiflan, le dicen piropos, etc, etc. No sé cómo papá se banca esas cosas. Además, los pibes de mi edad se vuelven locos por mujeres como ella. Muchos de mis amigos de la escuela anterior no podían evitar quedarse embobados incluso, cuando yo estaba presente. Y los pibes de la escuela nueva no son tan civilizados como la anterior. Más bien son unos salvajes hijos de puta.
Llegué al aula tarde, a propósito, ya que no quería cruzarme con nadie en la entrada. Escuché algunos murmullos burlones mientras la profesora de historia hablaba de la década infame. La sangre se me subió a la cara. Agaché la cabeza, como siempre que me pongo así. Vi de reojo a Agustina, y por suerte no me miró con lástima, sino que me sonrió. Usaba un guardapolvo impecable, y su pelo dorado estaba atado a dos trenzas. Las pecas de su cara estaban más visibles que nunca. Aunque ya había cumplido los dieciocho, tenía un aire aniñado que me encantaba.
Algunos de los mulos de Pitu me miraban con ironía, pero no les di bola.
Esperé las cargadas más duras durante la hora de clase, pero nadie me dijo nada. Cuando tocó el timbre, fui al baño. Sentí cómo un grupo de pibes me seguía. No quería darme vuelta a mirar ...
... quiénes eran. Me desvié y fui a un sector del patio que estaba muy cerca de la dirección.
Pasé las siguientes horas de clase totalmente tenso. Pitu estaba sumergido en un silencio que me daba mucho miedo. Hubiese preferido que me gaste como lo hacía siempre. Algo estaba tramando.
Cuando tocó el segundo recreo, no aguanté más las ganas de hacer pis. El baño era como una especie de tierra de nadie. Ahí no van los profesores, ni los otros empleados de la escuela. Vi de reojo que Pitu y los demás estaban boludeando en la galería frente a nuestra aula. Pitu le estaba hablando a Agustina, quien sonreía con lo que escuchaba. Me dieron muchos celos, pero tenía que mear.
Me metí en el baño. Había un mingitorio libre. Descargué el potente chorro de pis.
—Eh ¿Este es Joaquín? — Preguntó el pibe que estaba meando al lado mío, mientras yo me sacudía las últimas gotas. El hecho de que la pregunta no fuera dirigida a mí, ya de por sí me dio mala espina.
—Sí, es este. — dijo el pibe que estaba en mi otro costado. —he ¿y tu mamá cómo está? —Preguntó con una sonrisa irónica. —Me dijeron que está muy buena. —Agregó.
Me metí la verga en el pantalón y cerré la bragueta. No pensaba contestarles.
—Me dijeron que tiene un re orto. —dijo el de mi derecha.
Fui a lavarme las manos, todo colorado. Ellos me siguieron. Los vi reflejados en el espejo.
—He ¿Me presentás a tu mamita? —dijo uno de ellos. Era un gordo con ropa deportiva sucia y vieja.
Ambos eran del otro turno. Los ...