1. La mamá de Joaquín


    Fecha: 16/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... pélvica, la cual tenía una pequeña mata de vello. Y luego lamió el clítoris. Ella gimió y apretó sus manos.
    
    Joaquín saboreó los fluidos que largaba la chica. Luego frenó su tarea oral. Se puso el preservativo. Se abrazaron, sintiendo sus respiraciones. Él empujó y la penetró. ¿había valido la pena la espera?
    
    No le cabía duda de que sí lo valió.
    
    Se despertó con un fuerte dolor de cintura. No pudo evitar pensar en la misma frase que la venía acechando desde hacía meses. “los años no vienen solos”. Corrió a un costado el cubrecama. Se paró y se miró en el espejo, desde cierta distancia, como para observarse el cuerpo entero. El pelo azabache estaba mezclado con algunas canas. Había decidido no teñirse. Le gustaba verse como una madura sensual. Pero en ese momento, con ojeras, sin maquillaje, no le gustó le que veía. Su piel ya no era tan suave como supo serlo en sus mejores días. Las patas de gallo (que parecían multiplicarse cada día), les quitaban belleza a sus intensos ojos azules. Se dio vuelta para mirar su trasero. A fuerza de gimnasio, se mantenían en buena forma, aunque ni de lejos tenían la firmeza de hacía diez años. Se pellizcó un glúteo. Lo sintió flácido. Todavía hay montones de hombres que se dan vuelta a mirarla, pero las apariencias son engañosas. El tacto, en cambio, es incuestionable.
    
    Sabia que aún se ve deslumbrante si se la compara con las mujeres de su edad. Pero de todas formas sentía el peso del tiempo imprimiéndose en su cuerpo.
    
    Escuchó ...
    ... que alguien había entrado en la casa. Alguien que entraba silbando con alegría.
    
    —Traje masitas para desayunar.
    
    La puerta de la habitación se abrió.
    
    —Apa, que linda estás. —dijo el hombre que había entrado, viendo que sólo llevaba ropa interior.
    
    La agarró, con cierta brusquedad, de la cintura, y la atrajo hacía él.
    
    —No Pitu, ahora no, recién me levanto. — dijo ella, sintiendo cómo el hombre, petiso y musculoso, le tironeaba el elástico de la bombacha, para luego bajársela.
    
    —Si estás divina. —dijo él.
    
    La tumbó sobre la cama. Andrea no dejaba de sorprenderse de la vitalidad del hombre. La noche anterior no la había dejado dormir hasta pasada las dos de la madrugada, y ahora quería otro polvo.
    
    Se rindió, como siempre lo hacía. Igual que se había rendido diez años atrás, fascinada por el descaro y la sensualidad del muchacho.
    
    Él se desnudó. Le quitó el corpiño. La penetró. Andrea se aferró a sus hombros. Cerró los ojos y recibió el sexo erecto de Pitu. En ese momento, como siempre que era poseída por él, se sintió joven.
    
    —¿En qué estás pensando? —le preguntó él.
    
    Habían acabado, y estaban abrazados sobre la cama. No solía entrometerse en la vida de los demás, pero Andrea se mostraba muy ensimismada.
    
    —¿Será que va a venir? —preguntó ella.
    
    Él le corrió el pelo y acarició su rostro. No necesitaba preguntarle de quién hablaba.
    
    —Seguro que sí. —le dijo.
    
    Andrea había invitado a su hijo Joaquín a festejar navidad. Pero el muchacho se había ...