Fecha: 16/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... cuenta. Sin embargo, siempre tuvo la sensación de que había algo podrido en la familia de su primera novia, sólo que no se había animado a correr el velo que cubría la verdad.
Pidieron dos helados. No era momento de recordar tragedias ni rompimientos. Así que pasaron toda la tarde, hasta que el sol comenzó a ocultarse, hablando de sus momentos en la escuela, y de su primera salida al cine de Morón. Intercambiaron la información que tenían de sus ex compañeros de clase. Ramoncito era un abogado exitoso que hasta había salido en televisión. Débora se había casado con Leo y tenían tres hijos, aunque se habían separado. Fabricio aún vivía con sus padres…
—Qué locura lo de esa pelea de Pitu con ese tipo. —dijo Agustina. Vio que el semblante de Joaquín había cambiado. —Perdón, no querés hablar de Pitu ¿No?
—No, todo bien. Me costó perdonarlo. A él y principalmente a mamá. Pero después de años de terapia, digamos que lo legré.
—¿Y cómo te enteraste de lo que pasaba entre ellos?
—Cuando el conté a mamá que habían apuñalado a Pitu… No sabés cómo se puso.
—Me imagino.
—Pero supongo que lo sabía de antes, pero no lo quería ver.
Joaquín, con mucho esfuerzo había comprendido que fue su padre el que primero había abandonado a su madre, y por eso no debía guardarle rencor a ella. Sin embargo, cada vez que recordaba eso, se sentía envenenado. Agustina se dio cuenta de ello y cambió de tema.
—¿Damos una vuelta por donde está la escuela? —Propuso.
Subieron al ...
... auto. Pasaron por la vieja escuela, y dieron vueltas en los alrededores.
—¿Por qué quisiste que nos veamos acá en Catán? Ninguno de los dos vive acá. —Inquirió él.
—No sé. Necesitaba venir. Desde que me fui hace diez años no puse un pie acá. Pero, aunque tengo muchos recuerdos traumáticos, también tengo bellos recuerdos.
—Igual que yo. —dijo él.
—¿Me llevás a tu departamento?
—Sí, dale. Podemos ver una peli y tomar algo. —dijo Joaquín, un tanto nervioso.
—Prefiero que hagamos el amor.
Viajaron casi todo el trayecto en silencio. No tenían mucho que decirse en ese momento. Ya habían hablado las últimas semanas, tratando de compensar diez años de distancia, y ahora parecían no tener más temas.
Subieron a su departamento. En el ascensor se abrazaron y se besaron. Joaquín ya estaba excitado. Su sexo erecto se frotaba con las caderas de Agustina. Entraron, tomados de la mano.
Ella pegó un salto y se montó sobre él, rodeando su cintura con las piernas. Él la agarró de las nalgas y la llevó hasta la habitación. La tiró, con cuidado, sobre la cama. Se quitó la remera. Ella se sacó el pantalón. Él la imitó, y enseguida quedaron completamente desnudos.
—Ojalá me hubiese animado antes. Pero en ese momento no te hubiese podido dar todo. Hoy somo solos vos y yo. —Dijo ella.
Joaquín la besó en los labios, luego en el cuello, el pecho, el ombligo. El sexo de la chica quedó frente a su rostro. Lamió los labios vaginales, mientras le hacía masajes en la zona ...