El regalo: Un antes y un después (Séptima Parte)
Fecha: 16/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... necesito al mejor, y los abogados que trabajan para nosotros en la oficina, no son expertos en estos temas. Debo asesorarme bien, me cueste lo que me cueste, pero la voy a hacer pagar con sangre todo lo que me ha hecho. —En su mirada vi odio, un profundo rencor. Sí, mucho dolor también.
—Jefe, pues yo conozco a uno, muy bueno según he podido escuchar. Es inteligente y muy discreto. Si usted gusta lo puedo llamar y pedir una cita. Hable con él y asesórese antes de que pueda ser demasiado tarde y termine perdiendo todo. Yo de usted hablaría con su esposa, honestamente, antes de dar este paso. Es lo que voy a hacer con mi esposo tan pronto lo vea.
—Me parece perfecto mi ángel. ¡Ehhh! perdón, Silvia. —No pude evitar sonreírle su comentario final. Sí, había sido su ángel pero ya no más. No quería que mi jefe se convirtiera en un demonio que no pudiera exorcizar después.
…
Sentía tanto rencor, tanta desazón en mi alma. Era increíble, en verdad no lo podía creer. Yo con toda la buena intención de hablar y ella, tan despreocupada, yéndose de almuerzo con su amante. Era obvio que no le importaba. Esto ya tenía una sentencia. Hablaría con una buena amiga que era abogada especializada en temas de familia, al fin y al cabo, para eso tenía yo buenos contactos entre los clientes. Le pediría que tramitara mi divorcio lo más diligentemente y me regresaría a mi país, poniendo un gran océano de por medio.
—Hola Paola, ¿Cómo va todo? ¿Conseguiste hablar con ese ...
... cliente?
—Huich, pero que efusividad señor Cárdenas. Y si por supuesto. «Su secretaria» le confirmó para mañana una cita a las nueve de la mañana. ¿Le parece bien al doctor? —Aprecié el tono sarcástico en aquellas frases. No fui justo con ella. Necesitaba con urgencia un café caliente.
—Yo… lo siento, discúlpame. —Agaché mi cabeza y mi rubia barranquillera me abrazó. Y yo, en medio de aquel abrigo, recargué mi cabeza en su pecho y me derrumbe entre sollozos. —Inevitable fue para mí, romper el dique que retenía mi llanto.
—Rocky, mi precioso «rolito», ya estás aquí, tranquilo. Cuenta conmigo Nene y… ¡Ajá! no le pongas más tiza a tus problemas. —¿Estas así por ella? ¿El problema es tu esposa cierto? Ven–. Y me llevó fuera de las instalaciones del concesionario hasta el costado del parking. Sacó sin mi permiso, del bolsillo de mi saco los cigarrillos y luego su mano se introdujo dentro de mi pantalón, en búsqueda del encendedor.
—Rocky, si quieres yo te puedo escuchar, tal vez eso te ayude a despejar la mente y organizar tus ideas. No vayas a cometer locuras sin estar ciento por ciento seguro. —Ella no tenía idea por lo que yo estaba pasando y aun así me ofrecía su reconfortante amparo.
—Un buen cazador, como me has explicado, sabe cómo aguardar, como aprovechar los arbustos, los relieves del terreno y en calma, tirar a matar. —Me termino por decir.
—Pao, creo que me la está jugando con su jefe. Son muchas circunstancias, nada evidente pero yo presiento algo y créeme una cosa… ...