1. Hermanos con derecho a roce


    Fecha: 16/09/2022, Categorías: Incesto Autor: Ulpidio_Vega, Fuente: CuentoRelatos

    ... y la obligué a metérsela toda en la boca, la apreté todo lo que puede hasta que con su nariz rozaba mi pelvis y con la otra mano le sobaba las tetas.
    
    Empezó a chuparla con desesperación, iba y venía con su lengua y volvía a metérsela toda en la boca hasta sentir que la tenía toda. “Quiero la leche”, me dijo y empezó a chuparla con más intensidad. Yo no tenía intenciones de aguantar y le volví a apretar la cabeza contra la pija y empecé a eyacular cuando la tenía hasta la garganta. Ella gemía y se desesperaba por la leche. Con la otra mano se tocaba el clítoris y pude sentir como acababa cuando mi chorro le llenó la boca.
    
    “Qué rica leche hermanito, me encanta, tenés una pija hermosa”. Se acomodó el vestido y fue a buscar la bandeja. “Ahora que estás más relajado, vamos a desayunar, en este caso primero la leche, después el café”, me dijo con esa cara de puta que tanto elogiaban mis amigos. “Me tengo que ir a ver a mi novio a jugar al rugby, nada más aburrido”. Me dio un pico y se fue.
    
    En la semana era casi imposible cruzarnos por la casa, así que le puse todas las fichas al domingo. Recordaba las cosas que había puesto en sus mensajes y no me quedaba más remedio que hacerme la paja.
    
    “Me encantaría sentarme arriba y moverme fuertemente. Mientras me decís las chanchadas que se te ocurran. Soy bastante putita. Me encanta el sexo y disfruto muchísimo. Si no me dan unas nalgadas siento que algo falta. Es súper importante. Y comerla bien, para que este bien al palo y me ...
    ... rompas la colita... Y me cojas por la cola en diferentes posiciones. Me encanta cambiar de posición cuando me cogen por la cola. Sentada encima. De frente, de espalda arriba. Boca abajo, y que besen el cuello los bombos mientras me la rompen. De costado pero por la cola también me encanta. Creo que me gusta más el sexo anal que el vaginal... Porque término y hago squirt”, decía ese último mensaje que le había leído aquella mañana.
    
    El domingo me puse el despertador a las 4. Ella llegaba a esa hora más o menos cuando la dejaba el novio. Se había ido a un casamiento vestida para matar y yo sabía que podía ser mi oportunidad porque nuestros padres se habían ido a la Costa el fin de semana por unos torneos de tenis. Cuando escuché el auto, la pija me empezó a latir, estaba muy caliente con mi hermanita y me la iba a coger, como a ella le gustaba.
    
    Cuando sentí que había cerrado bien la puerta con llave me le acerqué de repente y le besé el cuello y con la otra mano le di una fuerte palmada en el culo. Ella siguió el juego y se levantó un poco el vestido. Sabía que sólo ella y yo estábamos en la casa y que no había peligro de nada. Le apoyé bien la pija mientras le mordía el cuello y la manoseaba toda. Tenía un lomazo, un culo y unas tetas de modelo. Y unos labios gruesos, carnosos que la convertían en una morocha infernal.
    
    “Dale unas nalgadas a tu hermana mayor por putita” y me senté en el sillón del living con ella boca abajo y su culito al aire. “Dale lo que se merece a ...