Iniciación
Fecha: 21/08/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Soy Ana. Crecí junto a Carlos y Oscar como si fuéramos hermanos. Ellos tienen un año más que yo. Vivíamos en el mismo edificio y nuestros padres eran amigos desde hacía mucho tiempo.
Debido a esa amistad, desde pequeños hemos estado juntos.
Era habitual que pasáramos horas o el día completo en casa de uno de los tres.
Hasta la pubertad, aquello no presentó ningún problema.
Cosas como bañarlos los tres desnudos en la bañera o dormir la siesta juntos en una cama habían pasado a la historia, aunque nosotros seguíamos teniendo mucha confianza.
Con la inocencia de la infancia, aún recuerdo cierto día en que Carlos propuso que jugáramos a los médicos. Curiosamente yo hacía de paciente y me tocó quitarme las bragas para que ambos me pasaran consulta.
En aquel momento no le dí demasiada importancia aunque me palparon por todas partes y noté una extraña sensación de placer en las maniobras.
Más tarde, cuando empezó a salirme vello en el chichi empecé a tener curiosidad sobre el sexo.
Me crecían las tetas y pasé mucho tiempo intrigada por el cambio que sufrían los chicos.
Mis padres trabajan los sábados. Por ese motivo, por la tarde, solíamos acabar en mi casa. Nos poníamos juegos o veíamos la televisión que nos apetecía.
A solas, en mi casa, había buscado información en internet. Naturalmente acabé encontrando videos porno. Al principio me parecían asquerosos, pero conforme pasaba el tiempo empecé a notar que reaccionaba poniéndome cachonda.
Comencé a ...
... experimentar intentando imitar lo que veía y descubriendo placer en ello.
Investigando en mi casa, mejor digamos “cotilleando”, encontré en la mesilla de mi madre, en su dormitorio, una serie de juguetes que acabé probando. Uno era un consolador de color azul con varias vibraciones y carga mediante usb. El otro era un simple plug anal metálico. Me acostumbré a utilizar ambos casi a diario. Aprovechaba los momentos en que estaba sola para correr a por ellos y probarlos simultáneamente a veces mientras veía videos porno. Descubrí el orgasmo y la relajación posterior. Por supuesto me ocupaba de que los juguetes volvieran a su sitio limpios, secos y en la misma posición en que los había cogido.
Cuando estaba con Carlos y Oscar me preguntaba si ellos también habían descubierto ese placer.
Una tarde de sábado que estábamos los tres en mi casa me decidí a salir de dudas.
- Me están creciendo las tetas - Solté de repente.
Se quedaron mirándome como si no hubieran entendido nada.
- Y me ha crecido el pelo en el chichi - añadí.
Ahora sus caras eran de sorpresa.
- Os lo enseño si me enseñáis la cola. - Lancé todo decidida.
Era una apuesta simple. Si yo quería algo, tenía que dar algo a cambio. Eso había oído decir a los mayores.
La jugada salió bien. Ellos primero. Me permitieron no sólo verles la cola, ellos también tenían vello, sino que, a continuación, pregunté si podía tocar y me dejaron hacerlo.
Me arrodillé delante de ellos y manoseé las dos a la ...