1. Larita manospajeras


    Fecha: 20/08/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... senos, sus comentarios cada vez más atrevidos aunque todavía poco explícitos ("qué bien explicas, profe, si todos mis profesores hubiesen sido como tú", o bien, "joder -Lara es un poco mal hablada-, profe, no sé cómo te voy a agradecer lo que me motivas, nunca había estudiado tanto", o incluso, "profe, joder, sabes de todas las materias, me encantaría saber tanto como tú algún día"). Lara, era evidente, me estaba idealizando cada día más. Para ella, de un nivel cultural muy bajo y miembro de una familia en la que nadie tiene estudios, yo era una especie de Dios de la sabiduría que, además, como siempre me precisaba, sabía explicarle las cosas de modo en que las entendiese, cosa que no habían hecho, al parecer, sus profesores de instituto en años anteriores. Por lo demás, he de decir que Lara era mucho más inteligente de lo que podría pensarse, y aprendía rápido. Además, a juzgar por sus modelitos cada día diferentes, sus colgantes de oro y el pago puntual de mis clases, su familia debía tener más dinero del que quizá uno pudiese creer de primeras.
    
    Y esos modelitos, precisamente, eran cada vez más mi perdición diaria. Para empezar, no había un solo día en que Lara no me deleitase con unos pantalones ajustadísimos que le marcasen el culo -cuando no el tanga, cuya goma alguna vez asomaba por los laterales-. Así, el trayecto de la puerta de la academia hasta el aula, el cual recorría delante de mí cada mañana durante treinta gloriosos segundos, me provocaba ya el primer ...
    ... empalme del día. Después nos sentábamos el uno al lado del otro (con mascarilla ambos, pero sin duda más cerca de lo que correspondería para tomar las medidas adecuadas), y yo intentaba no mirarle las tetas para, poco a poco, luchar contra mi erección. Pero era imposible. Con esos tops, esas camisetas finas de tirantes, con el calor del verano, y sobre todo con esas tetas grandes, firmes y de pezones enormes. No había día en que no se las mirase una docena de veces con todo el disimulo posible, pese a lo cual ella siempre me cazaba la mirada al vuelo en un par de ocasiones. Además, ella, muchacha espontánea y casi descarada, en ocasiones también me miraba el paquete cuando yo me ponía de pie para ir a la pizarra. Yo me cuidaba de no levantarme estando empalmado, pero en más de una ocasión, o bien porque llamaron a la puerta o por otra circunstancia imprevista, tuvo que darse cuenta de que me levantaba acalorado y caminaba con cierta dificultad. Además, o eran imaginaciones mías, o Lara se iba superando día a día. Cada día más escotada, cada día más ajustada, cada día, si llevaba una falda, con menos tela en el cuerpo. Y esas uñas de gel que tan dura me la ponían porque yo, el profesor frustrado, el hombre del montón, estaba seguro de que si me lanzase, si me bajase la bragueta, Larita sostendría mi miembro encantada y me haría una buena paja con ellas.
    
    Al llegar a casa, cada día, me la pelaba pensando en ella. A veces me la cascaba en los baños de la academia, sin esperar a ...