1. Isabel


    Fecha: 07/08/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... los chuchos en la boca, como la resbalaba el semen por la boca o como se la obligaba a lamerlo del suelo me hizo feliz.
    
    También me divertí de lo lindo cuando alguna de las bolas de los chuchos se quedaban atascadas dentro de ella o cuando recibió una doble penetración.
    
    Cuando la terrible sesión de zoofília terminó, me oriné encima de su cabeza.
    
    Y me fui a hablar de ciertas cosas con los dueños del campo.
    
    Me habían hablado de vaciarla, quitarla el útero y demás estorbos.
    
    Deseché la idea. Quería que me diera un par de cachorras para sufrieran el destino de su madre.
    
    -Todo se puede arreglar. Podemos coger a la cría, educarla por quince o dieciseis años, y devolvértela. Es caro, por supuesto.
    
    -No importa el precio.
    
    Porque si de algo andaba sobrado era de dinero. La muerte de mi esposa me había hecho muy rico.
    
    -Entonces, arreglado. Si es tu deseo. Vivirá como una señorita educada en los mejores colegios y tendrá a una linda perra virgen e inocente para sus depravaciones.
    
    -También quiero que la anillen, pechos, vagina... Quiero que lleve tobilleras y muñequeras de cuero todo el tiempo, que no se las pueda quitar. Que se sienta una esclava a tiempo completo.
    
    -Sí, no hay problema. ¿Desea que la marquemos con fuego? Ya sabe, como el ganado. Podemos hacerlo ahora mismo. Grabarla sus iniciales, en la espalda, en la pelvis o en ambos sitios.
    
    -¿Es eso habitual?
    
    -No hay nada normal en esto. Cada amo es un mundo. Lo habitual son tatuajes.
    
    Eso era ...
    ... algo que me tenía que pensar.
    
    Antes de irme tenía una última cosa que hacer.
    
    La informé de que se iba a quedar un tiempo aquí. También la aseguré que su dieta consistiría en sobras, corridas y meados. Que durante su estancia aquí sería utilizada por perros y demás animales. Que había decidido marcarla a fuego en la espalda... Así, y que se despidiera de ese pelo tan bonito y cuidado que tenía.
    
    Con los ojos llenos de lágrimas, fue viendo como mechón a mechón iba perdiendo su magnífica cabellera.
    
    A continuación, la marcamos como el animal que se había convertido.
    
    Tardé dos meses enteros en volver a ver. A pesar de que me habían recomendado estar presente en su transformación, o en las sesiones de zoofilia extrema en las que iba ser utilizada, no me veía con fuerzas. Pero eso sí, me mandaban los vídeo en DVD.
    
    Me la presentaron con el mismo vestido blanco que había accedido al recinto. Parecía la misma, pero yo la noté bastante cambiada.
    
    Parecía feliz.
    
    No la habían dejado crecer el pelo. Llevaba un collar, muñequeras y tobilleras.
    
    La indiqué que se quitará el vestido y que se acercase a mi. Deseaba dar tironcitos de las anillas de sus labios.
    
    -¿Te han sometido a tortura, Lassie?
    
    -No, mi señor.
    
    Asentí satisfechó. Ella respondía a mis tirones con leves gemidos. Ella mantenía las manos en la espalda
    
    -Creí que a estás alturas ya estarías más que harta de todo esto.
    
    -Me he vuelto más sensible, mi señor. - Lo dijo avergonzada de si misma. Si ...