Mi nuevo esclavo (Cap. 3): El esclavo renuncia - Relatos Eróticos

Mi nuevo esclavo (Cap. 3): El esclavo renuncia

... mis pies, al regreso le ordené que fuera a limpiar los baños y que pusiera especial dedicación al inodoro que debía limpiarlo con la lengua cada rincón.

Mientras que mi esclavo atendía sus obligaciones domésticas empecé a planear qué método sería el más adecuado que me permitiría no solo rendir a mis pies a mi amiga ahora que había descubierto su debilidad, y no solo eso, sino también quedarme con su marido a mi servicio. Después de meditar unos momentos tomé la decisión de hacerlo de una manera discreta que me llevaría algo de tiempo pero que al final tendría a ambos a mis pies como esclavos adicionales.

Hice venir al perro ante mí para así ordenarle me trajera el teléfono celular o móvil, de manera eficaz en apenas un minuto mi estúpido traía a cuatro patas el teléfono y de inmediato se retiró a continuar sus tareas encomendadas. Llame a mi amiga y apenas me saludo, sin más le dije ven a mi casa, te espero en 30 minutos, ella respondió “enseguida salgo, no me tardo”, le dije y trae refrescos por que te tengo una propuesta interesante, ella respondió nuevamente así será.

Mientras mi amiga llegaba planee cómo tenerla a mis pies y qué mejor manera de hacerle creer que le enseñaría la forma de usar a su marido de manera permanente, sin embargo la realidad era que esa misma tarde ella comenzaría su entrenamiento a mi servicio incondicionalmente. Solo habían transcurrido 25 minutos de los 30 que le había permitido a mi futura esclava llegar cuando escuché sonar el ...

... timbre.

El estúpido atendió enseguida el timbre pero antes dispuse que la condujera a la sala VIP. El gusano no tardó mucho en conducir a mi visita y de inmediato ordené traer cubos de hielo y al momento de llevarlos el gusano se condujo a lavar mi ropa, plancharla y ponerla en su lugar mientras que yo atendía a la visita. Una vez que se retiró le comente a mi amiga “hay que aprovechar el hielo antes de que se deshaga, así que porque no sirves las coca colas mientras yo te presento mi plan de dominación; ella respondió “es verdad el hielo empieza a desbaratarse con este calor, me daré prisa”.

Una vez que las coca colas fueron servidas le dije:

Como ves si me cuentas justo donde nos quedamos antes de recibir esa llamada, ella retomó su historia comentandome como su marido se había portado como un perro tras un buen pedazo de carne; interrumpí diciendo lamento decirte pero eso no fue dominación, ella preguntó ¿entonces porque actuó así? Respondí “lo que hiciste fue provocar un rato intenso de sexo pasional pero nada más”. Enseguida le dije:

Te voy a enseñar a ser sumisa y así entenderás lo que es ser una persona domesticada, mi amiga enseguida reclamó mi decisión y enseguida respondí ¿es que acaso no entendiste o tengo que explicarte letra por letra? Ella al instante respondió agachando la cabeza ofreciéndome una disculpa; enseguida le dije “cómo es la primera vez te la voy a pasar por alto, pero no quiero más quejas inútiles; ¿te ha quedado claro?; de inmediato ella ...