1. Secuestro consentido.


    Fecha: 18/07/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de la presión que ejercía con sus manos sobre los reposabrazos de la silla para chupármela cada vez más rápido.
    
    -Nunca imaginé que la llegarás a tener tan grande, llegaba a vocalizar al mismo tiempo que me la seguía chupando.
    
    Quise correrme en su boca y que se tragase lo que tantas veces he tirado sobre mis sábanas pensando en ella, pero pensándolo en frío llegué a la conclusión de que la situación se merecía correrme dentro de ella, y así lo hice.
    
    Saqué mi pene de su boca y restregándoselo por la cara y por todo su cuerpo, le quité los pantalones y poniéndome de cuclillas, comencé a comerle el coño al mismo tiempo que notaba como la punta de mi capullo tocaba el suelo. Para mi sorpresa María José tenía un piercing en su clítoris, de normal me hubiera puesto más a cien de lo que ya estaba pero el único problema fue cuando mis braquets entraron en contacto con el imán de su pendiente y ambos quedaron pegados. En ese momento a María José se le calló la venda de los ojos, al mismo tiempo que yo echaba la cabeza para atrás con la intención de separar aquellos imanes.
    
    Fue entonces cuando mi aparato se separó de su piercing y María José gritó del placer.
    
    Desnudo de cintura para abajo y todavía empalmado, me encontraba sentado frente a aquella mujer la cual jadeaba y me miraba con odio.
    
    -Tú…tú…intentaba articular mientras se quitaba el pelo que cubría su cara.
    
    -Sigue…
    
    No daba crédito de lo que estaban escuchando mis oídos.
    
    -¿Cómo? pregunté para estar ...
    ... seguro.
    
    -Te he dicho que sigas…repitió ella.
    
    Temeroso de que fuese una trampa me acerqué lentamente a ella y le empecé a dar besos de manera tímida por entre los muslos. Una de sus rodillas impacto sobre mi cabeza, haciéndome retroceder de nuevo.
    
    -Te he dicho que me comas el coño, no que me des besos friki de mierda.
    
    Cabreado por el golpe y por haber tocado mi orgullo. Me abalancé sobre aquel coño y sobre aquel pendiente con intención de arrancárselo si hiciese falta.
    
    María José se volvía loca cada vez que su piercing se volvía a enganchar con mi aparato. Sus piernas ejercían presión sobre mi cabeza y sobre todo en mis oídos, evadiéndome por completo de la realidad. Siendo víctima del placer, el demonio que llevaba en su interior ejerció tanta fuerza sobre ella que le dio el poder suficiente para romper sus ataduras y conseguir soltarse de aquel paraíso que estaba viviendo, usando así sus manos ahora libres para intentar ahogarme entre sus piernas.
    
    Presa del agobio por la falta de aire, volví a retroceder, siendo así el momento que María José aprovechó para escapar. Pero tal acción fue en vano, ya que el placer le había afectado por completo a las piernas, haciendo que esta no pudiera ni si quiera andar.
    
    Aprovechando que me había recuperado y que María José todavía se encontraba tirada en el suelo, me acerqué a mi mochila y rebusqué en sus adentros hasta encontrar lo que necesitaba.
    
    María José se había portado muy mal y necesitaba un poco de clases de ...
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