Joder con la suegra!
Fecha: 13/06/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Ya en la calle, la dije,
“Se acabó la tormenta. ¿Que tal?”.
“Aun me tiemblan las piernas. Que corrida me he pegado, y perdón por hacerlo, pero no he podido evitarlo. Y tu colega, sabe lo que se hace. Bien, muy bien, me ha gustado mucho, pero sobre todo espero que tu estés contento y orgulloso”, me dijo ella.
“Bueno después de superar el impacto inicial de ver a otro tío usarte, pues si, me ha gustado, y además he aprendido mucho”, la dije.
“Pero, aunque me usen otros, tu sabes que yo a quien quiero es a ti, a mi Amo”, me dijo abrazándome por la cintura.
“Que zalamera eres, los gritos y la corrida te los has pegado con el colega, no conmigo”, la dije.
“Uhmm, mírale celosillo. Tiene muy buena polla, y después de toda la sesión, no aguantaba más”, me dijo ella.
A todo esto, ya era medio día y aún no había llamado a Estefanía para que me reportara y mandarla tareas para el fin de semana, ya que no iba a estar.
La llamé. Me reportó todo lo del día anterior, incluso que la habían follado en el sex-shop, y estaba muy preocupada porque no sabía si debía hacerlo o no.
La dije que siempre que estuviera cumpliendo una orden mía, y alguien quisiera usarla de la forma que fuese, debía de entregarse.
Berta me daba codazos, como diciendo que no me pasara, pero ya estaba dicho.
También la dije que el sábado, por la tarde, debería ir a un centro comercial, siempre con el tapón anal más gordo puesto, a una tienda de ropa, y que buscara alguna que tuviera el ...
... probador de cortinas. Que estuviera mirando ropa hasta que entrara algún tío acompañando a la mujer, y en ese momento se metiera en el probador, dejara la cortina semi cerrada, y se desnudara por completo, aunque fuera para probarse una bufanda, que intentara asegurarse de que algún hombre la veía y que a partir de ahí actuara en consecuencia.
El domingo, la dije, que descansaba, y que ya la informaría el lunes de cuando hacíamos la sesión.
Bueno en principio, ya había dejado a una entretenida.
El sábado, como estaba previsto, nos fuimos al chalé de mis padres en la sierra. Eso sí, después de mil y una recomendaciones de mis padres de no dejarlo todo “Patas arriba”.
En el maletero, llevaba todo el material que habíamos comprado, así como un ordenador portátil, esperaba como en otras ocasiones, poder piratear algún rúter cercano, ya que, si no tendría que usar el móvil, y la conexión se ralentizaría mucho.
Nada más llegar lo primero fue encender la calefacción. La casa llevaba meses sin usarse, y entre la humedad, y el frío que ya iba haciendo, no hubiera habido quien parara allí, y menos en pelotas.
Mientras la casa se calentaba, sacamos todo del coche, cambiamos las sabanas de la cama, metimos la comida que habíamos traído en la nevera, en definitiva, hicimos la casa un poco más habitable.
Cuando entendí que ya estaba suficientemente caliente, le dije a Berta,
“Va a empezar la tormenta”.
Ella que estaba tumbada en el sofá, se levantó como por el ...