Joder con la suegra!
Fecha: 13/06/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... zonas.
Me mando un dibujo de las zonas más indicadas para tratar por sesión. Me dijo que al margen de los azotes que deberían ser por todo el cuerpo desde las pantorrillas hasta las axilas, pasando por muslos delante y detrás, el pubis, las nalgas, el coño, el ano, el vientre, la espalda, las tetas, todo.
También me llamó la atención sobre la necesidad de un continuo cuidado de la sumisa. Me dijo que el principal deber de un Amo, es proteger a su sumisa, y que debía someterla a controles médicos para que le revisaran las zonas sobre todo más sensibles de ser heridas.
Me dijo que, si seguíamos para adelante, seguramente con el tiempo contactaríamos con más amos, y de entre estos alguno sería o conocería a algún ginecólogo de confianza, que pudiera realizar los reconocimientos, sabiendo de que va la historia.
A todo esto y después de un buen rato de cháchara, Berth, seguía en el suelo a cuatro patas, y con dos dedos metidos en su culo.
La posición tenía que ser incómoda de narices, y hasta el propio Amo, se asombraba de que no dijera nada, siendo como era novel.
Luego ya empezamos con lo que en sí era la sesión de Bdsm. Me dijo que la pusiera los grilletes en tobillos y muñecas, el collar con la correa. En este punto, me hizo que pasara a la perra al decirle que teníamos jardín, me dijo que la sacara a dar una vuelta, aunque él no pudiera verlo, y que si la perra, quería aprovechar para mear o cagar, que lo hiciera.
Al final, me conecté con el móvil a ...
... Skype, así el Amo también podría presenciar el paseo.
Salimos al jardín, y la di tres vueltas. El jardín es pequeño, y tampoco había mucho más en la parcela.
Entonces el Amo me preguntó si la calle donde vivíamos era muy transitada
Le contesté que no, que era una urbanización y más a esas horas ya entrada la noche.
Me sugirió que extendiera el paseo por la calle.
Me quedé pensando unos instantes. Efectivamente la calle era poco transitada, pero eso no quitaba para que nos pudieran ver desde otro chalé, o algún coche que pasara. Aunque con lo poco que íbamos por allí, aquello tampoco representaba un gran problema.
Así es que me decidí a hacerlo.
El Amo me dijo que la protegiera al menos las rodillas para que no se las desollara y que me llevara una camiseta larga por si hubiera que cubrirla en algún momento.
En el garaje tenía que tener rodilleras de cuando patinaba. No me costó mucho encontrarlas. El dije que se las pusiera y salimos a la calle a pasear.
El Amo me dijo que la quitará la máscara que él no podía ver la cara por la postura y que para ella sería más humillante ir con el rostro al descubierto.
Caminaba a cuatro patas, no sin dificultad, aunque poco a poco se fue acostumbrando a las rodilleras y empezó a caminar mejor.
El Amo me insistió en que la dijera que meara.
Que fuera olisqueando el sueldo y que cuando encontrará algún sitio donde hubiera meado otro perro, lo hiciera ella también.
La verdad es que era cómico verla caminar ...