Nuestra Historia
Fecha: 08/06/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... y la necesidad de vernos crecía cada vez más. Llegó el mes de octubre y con él una excelente noticia, eran sus vacaciones, y por fin podíamos pasar un poco más de tiempo juntas, el problema, era que yo no estaba en vacaciones, y ni siquiera estaba cerca a eso, ya que hacía poco había cambiado de trabajo y no tenía tan siquiera la posibilidad de un permiso, pero esto no fue impedimento para que ella tomara un avión y viniera a verme.
Aquel día de su llegada, salí corriendo del trabajo y tomé el primer bus que pude para ir al aeropuerto, estaba muy ansiosa, muerta de susto y ansiedad, quería hacerla enamorar de Medellin, que quisiera venir a quedarse conmigo, que fuera tal su gusto que no tuviera que pensarlo mucho para venirse conmigo, así que esa semana tenía planeado llevarla a varios lugares que le gustaran y así hacer mi camino más fácil.
Los minutos pasaban, y ella aún se encontraba en el avión, hasta que me llegó un mensaje al celular donde decía que estaba bajando del avión, mi corazón estaba a mil, hacia un mes que no nos veíamos, y ahora podía pasar un poco más de tiempo con ella. Varios minutos más pasaron hasta que vi ese cabello crespo que me encanta, viniendo hacia mí, al verla, se presentó en mí una sonrisa inmediata, de esas que solo podía tener cuando la veía, y de lejos su sonrisa me hipnotizó, me acerque y le di un abrazo fuerte y un beso que tenía encerrado en mi boca desde hacía mucho tiempo, le di la bienvenida y la tome de la mano para ir hacia el ...
... bus que nos llevaría a la cuidad.
Mientras íbamos en el bus no me cansaba de abrazarla, era para mí un sueño hecho realidad tenerla conmigo, había deseado tanto que ese momento llegará que me sentía supremamente feliz, llegamos a la casa, en ese momento yo no tenía un lugar propio, simplemente tenia arrendada una habitación, donde tenía mis cosas y disponía de zonas comunes con la dueña y su hijo, así que tratamos de ser lo más prudentes del mundo, pero las ganas de sentirnos la una a la otra no se hicieron esperar, y en el preciso instante de pisar la habitación empezamos a besarnos, a entregar cada uno de esos besos que teníamos guardados desde hacía un mes.
Rápidamente las ganas se apoderaron de nuestros cuerpos y casi de inmediato nuestra ropa ya se encontraba en el piso, eran unas ganas tan grandes de hacer el amor que no nos importó nada, nuestras respiraciones eran cada vez más fuertes, nuestros besos más apasionados y de vez en cuando pequeños gemidos acompañaban el ambiente, llegamos a la cama ya desnudas y como si de una necesidad se tratase la hice mía, otra vez pude probar aquellos senos que me volvían loca y nuevamente pude deleitarme de esos gemidos ahogados que hacían que mi ser estallara de mil emociones al tiempo, su cuerpo se tensaba con cada caricia, con cada movimiento de mis dedos dentro de su ser, con cada beso dado, pocos minutos pasaron para que mis oídos tuvieran la dicha de volver a escuchar aquellos gemidos de placer que genera el orgasmo, la ...