Nuestra Historia
Fecha: 08/06/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... sentí tan mía, me sentí nuevamente viva en sus brazos, hasta que el sueño profundo nos acobijo en sus brazos.
Los días pasaban entre días largos de trabajo y noches cortas entregándonos una y otra vez, la semana se estaba acabando, y con ella mi felicidad, todo había pasado tan rápido, ya me había acostumbrado a despertar a su lado, y al llegar a casa tenerla allí esperándome, estaba viviendo un sueño que me hacía inmensamente feliz, hasta que llegó el domingo, día en el que se iba, el día anterior recuerdo que dormimos poco, tratamos de estar juntas lo más que pudiéramos, estábamos más que cansadas, pero la necesidad de sentirnos era más, sin embargo, el tiempo se acabó, y llegó la hora de irse, domingo en la mañana, su maleta lista, y nosotras preparadas para tomar el bus, tome su mano y no la solté en ningún momento, recuerdo que le dije que la próxima vez que viniera era para venirse a vivir conmigo, ella solo sonrió, con esa sonrisa hermosa, donde no dijo ni si, ni no, solo esa sonrisa que me llenaba de la más linda ilusión.
El camino fue corto, llegamos al aeropuerto y llegó el momento de la despedida, nunca, en el tiempo que llevamos de relación, me dolió tanto dejarla ir, fue demasiado fuerte, sentía un dolor en el pecho poco conocido, la vi partir lentamente sin mirar a atrás y con ella se fue un pedacito de mí, sabía que el siguiente mes la volvería a ver, pero no era suficiente, quería más y ella lo tenía claro, de todos modos el tiempo a su lado en esa ...
... ocasión se acabó y lo único que me quedaba eran los momentos que vivimos.
Al llegar a mi casa y abrir mi habitación me encontré de frente con su olor, toda mi habitación tenía su nombre y no pude más, empecé a llorar como una niña desconsolada, triste, con esa agonía e impotencia de querer hacer de todo pero no poder hacer nada, era a lo que más le temía, a verme así, y estar con las manos atadas, me la pasé todo el día así, deseando que su olor perdurara por mucho tiempo más, deseando que cada día de mi vida pudiera tenerlo en mi ambiente.
Los meses seguían pasando, llegó diciembre, y con él las festividades de navidad y fin de año, en el lugar donde trabajaba nos dieron una semana de receso desde el 23 de diciembre hasta el 2 de enero, así que todo estaba claro para mí, viajaría a pasar navidad con ella a su casa y de paso iría a la casa de mis padres a pasar fin de año, en esa época nadie de nuestras familias sabia de nuestra relación, era algo que no habíamos compartido con nadie, tal vez por miedo, tal vez porque no queríamos que nadie se metiera, el caso es que nadie sabía, así que el hecho que fuera a su casa era un poco complejo, puesto que vivía con su madre y uno de sus hermanos, el hermano por su parte sabia de mi existencia, más no comprendía el hecho que su hermana estuviera con una mujer, y su madre, ella no sabía y tampoco era el momento de enterarse, así que organizamos todo para pasar ese día juntas y el 25 marcharía a donde mis padres.
Aquel 24 de ...