1. Laura, una pequeña historia (Parte 3)


    Fecha: 22/05/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: perrita, Fuente: CuentoRelatos

    ... marquéis.
    
    Los obreros prepararon un hierro con un círculo y una M, y tras amordazarla y descalzarla, se lo grabó en la planta del pie. No estaba tan borracho para hacerlo más a la vista por ahora.
    
    Laura aguantó bien el dolor, pues en contra de lo esperado, no era ni mucho menos el dolor más intenso que había tenido que soportar, lo que no sabía si era bueno o malo.
    
    Tras verse libre, recogió las dos escasas prendas de ropa que la permitían vestir y subió de nuevo a la moto.
    
    Se dirigieron a un bar de carretera, pues él iba a comer algo y ella a trabajar.
    
    -Joder, menuda pedazo de hembra traes hoy.
    
    -10 euros por follártela, 15 el anal. Chupar, la chupa gratis, cuando acabe el servicio.
    
    Cuatro billetes de 10 cambiaron de manos y la ordenaron subir a la barra y que se abriera de piernas.
    
    Los primeros clientes del bar llegaron mientras Laura aún se la estaba chupando a uno de tres camareros con los que contaba el establecimiento
    
    El hombre, que ya le había entrado prisa, se corrió en su cara y pelo.
    
    -Hay una habitación abajo – le indicó su chulo. -Los clientes no tardaran en llegar.
    
    Lo que la mayoría de ellos buscaban era una mamada rápida y que se la tragará. Cuatro o cinco buscaban un polvo y solo uno la dio por culo.
    
    Su chulo apareció con un bocadillo. Laura se dio cuenta de que estaba hambrienta, de que en su estómago solo había semen y orina. Y mientras se lo comía, este comenzó a tocarla las piernas y sobarla el coño.
    
    -Abre la boca, ...
    ... blanquita
    
    Laura obedeció aunque aún la tenía llena de comida. Su chulo escupió dentro.
    
    Y Laura se lo tragó. Con todo el asco del mundo.
    
    La ordenó dar otro bocado. Esta vez se sacó una polla negra como el carbón y comenzó a pajearse. La agarró fuertemente del pelo y le metió un poco la polla dentro de la boca para asegurarse de que toda su leche cayera dentro.
    
    -Le dará sabor.
    
    Y Laura se lo tragó. Con todo el asco del mundo.
    
    Su chulo la quitó el sujetador y la falda que llevaba puesta, así como los zapatos. Realizó una foto de la quemadura que tenía en el pie y otra de cuerpo entero.
    
    La metió un plátano pelado dentro del coño y sacó otra foto.
    
    Ese iba a ser su postre. Sabía raro, claro. Sabía a ella, y también a hombre.
    
    El dueño del establecimiento no tardó en bajar. Traía con él un infernillo y un hierro.
    
    -¿Estás seguro de esto?
    
    -Claro tío.
    
    Le parecía una barbaridad estropear unos pechos tan bonitos, pero no podía negar que la tenía dura como el cemento armado.
    
    Laura se agarró con todas sus fuerzas a la cabecera de la cama mientras su chulo la sujetaba el pecho para marcárselos por la cara inferior.
    
    Y no gritó.
    
    Ni con uno ni con el otro.
    
    El resto de la tarde, Laura lo pasó en una esquina de un polígono industrial, subiéndose a coches de desconocidos y haciendo mamadas.
    
    ¿Fueron 77? ¿De verdad se la había chupado y tragado el semen de 77 hombres? Porque eso era lo que decía el dinero. Porque no podía hacer nada más que mamadas por ...