Perversión
Fecha: 28/02/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos
... sabía por experiencia que la señorita R es muy amiga de los tangas- y mi miembro reaccionó poniéndose dura del todo, de tal manera que era bien visible en mis vaqueros a poco que ella se fijase… Yo me decía a mí mismo que era una amiga y que no quería más que consuelo, que estaba vulnerable y no debía aprovecharme de ella sino apoyarla, pero el diablo que llevo dentro me decía que esa noche estaba más que a tiro…. Casi en silencio recorrimos el trayecto hasta su casa, y llegando a su portal – ya era medianoche pasada- y cuando iba a despedirme fue ella la que se me adelantó y me dijo:
- Te invito a un café, es lo menos que te debo por toda tu ayuda y comprensión. Además, por aquí pedir un taxi es complicado – vivo en una urbanización de las afueras.
Yo me incliné, la besé en la frente y le dije
- De acuerdo, siempre que me prometas no llorar más esta noche.
Al entrar en su casa – en la que más o menos conocía por fotos- ella me dijo que iba a ponerse cómoda, y yo me ofrecí a preparar el café. Habiendo tomado posesión de mí el deseo, y pensando ya en que, de perdidos, al río, sustituí éste por una botella de tequila que había por casa, y junto con un cuenco con sal y un limón cortado en rodajas llevé todo al salón…. Cuando la vi salir del dormitorio, en lo primero que me fije fue en unas caletitas que se había hecho, casi se me cae la bandeja: ella había sustituidos su ropa de calle por una camiseta amplia que le hacía las veces de pijama: era lo ...
... suficientemente larga como para evitarle usar bermudas, pero no tanto como para no mostrar la mayor parte de sus muslos, holgada para permitir intuirse el movimiento de sus pechos libres bajo la tela, pero pequeña como para que se le notaran los pezones contra la tela… Nunca había tenido la oportunidad de verla así antes y en ese momento me di cuenta que o bien por estar dolida o algo borracha, pero quería tema. Sonrió el verme – supongo que también por mi cara de alucinado- y poniéndose la sal en el dorso de una mano y cogiendo el chupito de tequila con la otra lo alzó y preguntó
- ¿Entonces por qué brindamos?
Yo cogí el mío, me acerqué a ella y le dije
- Por las mujeres guapas, los viejos amigos y los buenos recuerdos
Apuramos la sal, el trago y a continuación el limón de pie uno frente al otro, y luego nos sentamos pegaditos en el sofá: yo recostado en una de las esquinas, las piernas abiertas y mi miembro apreciable bajo mis vaqueros, y ella sentada sobre sus rodillas, con la camisola que se le había subido hasta dejarme adivinar su tanga negro – ciertamente a juego con el sujetador que entreviera antes- e inclinada hacia mi pecho. Sonriendo maliciosamente me dijo
- Si seguimos bebiendo no voy a dejar que te vayas
Yo sin contestarla me incliné sobre la mesita para rellenar los chupitos, y mientras lo hacía contesté
- Entonces tendré que pedirte asilo esta noche
Ella me miró fijamente a pesar de su incipiente borrachera y me dijo
- Tu mujer te echará en ...