1. Perversión


    Fecha: 28/02/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos

    La señorita R y yo nos conocimos hace ya más de quince años. Las veces que hemos quedado siempre ha sido por temas de sexo, somos muy fogosos, ella, sobre todo, y a mi directamente hace que lo sea. La última vez que quedamos ella ya andaba detrás de un chico, ya que cualquier chico iría detrás de ella, un buen chico, y empezasen un noviazgo. Con el paso de los años, el cambio de casa, de modo de vida, etcétera… seguimos hablando, pero no viéndonos, y manteniendo la amistad. Y bueno del tema del sexo, muchos recuerdos. Los contactos se han reducido a unos whassap, unos mensajes de voz a la semana, pero nuestra amistad sigue hay…
    
    Antes de seguir, os describiré a la señorita R. 1,70, con un tipo normalito, unos pechos tirando a grandes para su altura y un culo rotundo, y que hace que más de uno hace girar la cabeza y seguro que pensar en darle unos azotes y rompérselo (a mí personalmente me pasa). Con el paso de los años y la maternidad, tiene los pechos más grandes y caídos, según dice ella, pero sigue conservándose bien. Tiene los ojos preciosos, el pelo largo, y una sonrisa que ilumina toda su cara. De lo que recordaba de nuestra efímera experiencia en el pasado además le gusta follar, es activa sexualmente –no es de las que se limitan a dejarse hacer- y también multiorgásmica, y bien que pude comprobarlo.
    
    Durante el último año aproximadamente, cada vez que hablábamos, me confesaba que su relación iba estupendamente, con los problemas cotidianos, que estaba encantada, ...
    ... que sexualmente no tenían ningún problema, es más, con su chico se buscaban y siempre tenían un rollo morboso, la existencia de su hija y el buen nivel de vida que le permitía el sueldo de él y lo ahorradora que siempre ha sido, les permitía vivir “cómodamente”. Sus relaciones sexuales estaban en una fase de eterno enamoramiento, como cuando estas en los primeros meses de relación, que solo había un punto de inflexión que era cuando estaba la niña por casa, pero que sin importancia. Yo sin embargo era todo lo contrario, poco y monótono.
    
    Un día, después de casi 7 años volvimos a quedar en persona
    
    Quedamos en un concurrido bar del centro. Entre café y risas de cañas ella me fue contando que el pasado viernes él había salido de noche con sus amigos – algo habitual en él, pero más últimamente- y que al despertarse ella por la mañana y ver que aún no había llegado se alarmó y lo llamó por teléfono. Tardó en contestarle, y cuando lo hizo fue para balbucear una excusa y decir que estaba de camino. Finalmente, y ya en casa, su chico, le confesó que había pasado la noche con otra, pero que había sido por estar borracho y que estaba arrepentido. La señorita R me confesó que rompió a llorar, lo llamó de todo y que a duras penas consiguió mantener el tipo cuando su hija se despertó para darle el desayuno, he ir a casa de sus padres, como tienen por costumbre dominical. Dolida, desengañada y triste apenas tuvieron un rato de intimidad tuvieron una gran discusión; ella le reprochó su ...
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