1. El grupo de formación


    Fecha: 13/02/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: campillo, Fuente: CuentoRelatos

    ... esperaba de ella que no dijera que no a nada de lo que se le propusiera, y sin decir más, alzó su ropa y se marchó, cerrando la puerta, que no tenía picaporte del lado de adentro.
    
    Perpleja, Raquel se sentó en la cama a pensar, tratando de entender de qué se trataba esto y en eso estaba cuando se abrió la puerta y entró Sara, acompañada de un hombre, que la miró con interés, tenía puesto un antifaz; no pudo determinar si era uno de los tres que la habían recibido. Sara hizo una seña al hombre para que se sentara cómodamente en un sillón y dirigiéndose a Raquel, le ordenó que lo saludara, cosa que ella hizo tendiéndole la mano. Luego, dirigiéndose al hombre le señaló que Raquel era la nueva aspirante, y Sara le dio orden de que se desnudara. Raquel dudó, indecisa de ponerse en cueros ante un desconocido, ante lo que Sara se arrimó y comenzó a desprenderle los botones de su bata, que abrió, mientras le recordaba que tenía que obedecer y no podía decir que no a nada. Entonces advirtió que aún tenía corpiño y bombacha, bajo la bata, y le recriminó formalmente:
    
    -¿No te dije que te desnudaras? Vamos, sácate la bata y desnúdate. Raquel bajó la vista pero no obedeció, aunque amagó sacarse la bata. Entonces silbó la fusta, que dejó una raya colorada en el vientre de Raquel, que se dobló en dos. Antes de recibir otro fustazo, que amagaba descargarse, se quitó la bata que Sara tomó en sus manos, y le ordenó:
    
    -El resto, vamos-. Raquel dudó nuevamente pero pronto se quitó el ...
    ... corpiño y la bombacha, quedando totalmente desnuda, torciéndose para taparse, sin resultados, mientras el visitante la miraba impertérrito. Sara habló nuevamente, dirigiéndose a él:
    
    -¿Qué le parece? ¿Podrá integrarse?
    
    -Creo que tiene que aprender. No parece bien dispuesta, pero es linda. Tiene que aprender obediencia y disposición-. Sara le acarició la perilla con la fusta, y le levantó la cara a Raquel, que no se animaba a mirar al hombre:
    
    -Las manos a la espalda, derecha-, le ordenó y Raquel, siempre indecisa le obedeció. Entonces habló el hombre:
    
    -Enderécela- le dijo y Sara, sin mediar palabra, le asestó un fustazo en uno de los pezones, que le arrancó un grito de dolor. Tenía una gran habilidad con la fusta, que manejaba con una precisión y eficiencia destacables.
    
    -Derecha-, insistió Sara, y luego agregó: -Lo dejo con ella, doctor, vengo en un rato para que me de su evaluación-. Y tomando las ropas de Raquel, salió de la habitación. Raquel temblaba de miedo.
    
    -Vení chiquita-, le dijo el hombre, invitándola a arrimarse, -vení, chupámela-. Raquel no conseguía ubicarse, ni podía creer lo que oía. Lo que ocurría, no le parecía propio de un grupo de formación y no estaba dispuesta a más. Suficiente era que a hubieran obligado a desnudarse, cosa a la que había accedido más por sorpresa que por consentimiento, pero que el hombre le pidiera una felación, superaba todas sus previsiones, mucho más por la brutalidad con que se lo requería. Nunca había hecho una felación ...
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