1. Entregada a los amigos de mi pareja (1)


    Fecha: 13/02/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: zari, Fuente: CuentoRelatos

    ... tiene cara ahora.
    
    -No señores, es mía por esta noche la Peladita, así que si quieren verla jadear, poner los ojos blancos, lo jugamos a la carta mayor.
    
    Entonces me lo sacó. Yo miré a Jorge Luis que se sonrió y escuché que me ordenaba sentarme en una banca de bar a su lado “y cuidadito con dedearte” me dijo. Quedé como ida. Se había guardado su sexo y cerrado el cierre del pantalón y obedecí sin decir palabra, me cerré el vestido y sentí como por mi pierna corrían mis fluidos hasta mojar la rodilla.
    
    Ganó otro y siguieron jugando. Estaba perturbada, mareada, entre el deseo la humillación y la sorpresa. Y estaba entregada, avergonzada del deseo que sentía, de mi calentura. Era una forma de someterme pero eso lo entendí meses después. Jugaron y permanecí inmóvil todo ese eterno rato. Hasta que me llamó y me enderecé con un salto y cuando estaba a su lado me dijo, anda a traer crema. Yo me volví y le traje una de manos que tenía. Me puso delante de él, frente a la mesa doblada hacia delante con las manos en el mantel y me levantó el vestido y puso sus dedos en mi ano untados en la crema, “espero que sea sin alcohol” me dijo, “no”, le respondí tímidamente, “es sin alcohol” mientras sentía como me entraba esa suavidad.
    
    Él se abrió su pantalón sacó su sexo. Ábrete me ordenó y me recosté sobre la mesa, doble la cara hacia un lado y abrí mis nalgas para mostrarle mi cavidad que palpitaba. Cuando sentí su cabeza en ella cerré los ojos y relajé mi anillo y esperé a que me ...
    ... clavara su verga dura y caliente. Esta vez resbaló su verga con un dolor soportable hasta atravesarme de una. Y luego sentí como entraba y salía atravesándome cada vez y cada vez que le apretaba con mi ano que tendía a cerrarse por naturaleza me volvía penetrar mas duro, jadeábamos los dos hasta que no lo resistí y me enderecé apoyando solo las manos en la mesa y sentí que me entraba mas al fondo. El vestido arrugado en la cintura y abierto delante me dejaba desnuda frente a Luis y al lado de los otros dos que me miraban avispados. “ahora te vas a correr perrita, delante de todos”, me dijo riéndose.
    
    Sin desclavarme me despojó del vestido por la cabeza y solo quedé sobre mis zapatos taco alto que me encumbraban hasta su sexo dejando mi culto redondo y parado abierto ahora su antojo. Los otros tres no se habían movido de sus asientos alrededor de la mesa y miraban mis pezones duros e hinchados y mi pelo pegarse a mi frente transpirada, mis brazos tensos sujetarme, mi cara inflamada. Mi hombre ahora puso crema en sus dedos que pasó por mi clítoris y mi vagina, una crema helada, fresca que resbalaba como espuma y me devolvía a la calentura anterior sin preámbulos. Y mi resistencia duró segundos, sus dedos helados pellizcaban mi vulva inflada como globo, me penetraba los dedos y los sacaba deseando que los volviera a clavar, los hizo tres cinco diez veces mientras yo me doblaba hacia adelante de la meza ya no jadeando, roncaba, emitía un ruido como gutural de mi garganta y sabía ...
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